El Gobierno se enfrenta a un gran conflicto social “creciente” si persiste en su plan de reformar el mercado de trabajo. Así se lo han hecho saber hoy los sindicatos UGT y CCOO, cuyos líderes han conminado al Ejecutivo a suavizar la reforma durante el trámite parlamentario. Por su parte, el Ejecutivo contestó de inmediato al órdago sindical. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, acusó a las centrales de no ofrecer propuestas “concretas”. Mientras, la patronal cedía la palabra a uno de sus ‘duros’, José Luis Feito, quien ha dudado de la conveniencia de mantener la prestación por desempleo en su configuración actual.

Los sindicatos hicieron valer este martes el éxito de las protestas que el pasado domingo sacaron a la calle a cientos de miles de personas en protesta contra la reforma laboral. Los líderes de UGT, Cándido Méndez, y CCOO, Ignacio Fernández Toxo, advirtieron al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, del peligro de que se desencadene un conflicto social “creciente” si el Ejecutivo se niega a dar marcha atrás al texto aprobado el pasado 10 de febrero. Los sindicatos pretenden obligar al Ejecutivo a introducir enmiendas a la norma, que se tramitará como proyecto de ley y cuya aprobación definitiva se espera a finales de marzo.

El Gobierno ha aceptado formalmente la petición de los sindicatos, aunque pocos creen que esté dispuesto a cambiar los ejes fundamentales de la reforma, que abarata el despido y otorga poderes al empresario para cambiar unilateralmente las condiciones de trabajo, incluyendo salarios. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, se mostró abierta a dialogar con los sindicatos, aunque les acusó de no presentar “propuestas concretas” en las reuniones técnicas que vienen manteniendo desde la aprobación de la reforma.

Por su parte, CEOE tildó hoy de “incompleta” e “insuficiente” la reforma aprobada por el Gobierno de Rajoy, según afirmó el presidente de la Comisión de Economía y Política Financiera de la federación patronal, José Luis Feito. Encuadrado en el ala ‘dura’ de la patronal, Feito, tras reconocer la pugna que libran en el seno de la patronal una tendencia “liberal” y otra “socialdemócrata”, exigió al Gobierno más controles que impidan a los desempleados que cobran prestación rechazar una oferta de trabajo. Esta posibilidad, continuó, es algo impensable en los países nórdicos, con un Estado del Bienestar muy desarrollado, aunque se trate de una oferta laboral procedente de Laponia, según ilustró.

Feito alabó, sin embargo, una reforma que calificó que “revolucionaria” y que sienta las bases para que España pueda crear empleo sin necesidad de alcanzar un crecimiento del 2 por ciento, como hasta ahora. En su opinión, con la entrada en vigor de la reforma, España creará empleo con una tasa de crecimiento del 1 por ciento.

Feito ha exigido a Rajoy que complete la reforma a favor de la tesis que defiende la patronal. En concreto, exigió reducir el período por el que prorroga un convenio caducado cuando no hay acuerdo para su renovación, la llamada ultraactividad. La reforma estableció en dos años esa prórroga, un plazo que la patronal considera excesivo. Feito ha pedido además al Gobierno que clarifique aún más las causas del despido procedente, que prevé una indemnización 20 días, con un máximo de 12 mensualidades, para facilitar que los empresarios puedan recurrir a esta forma más barata del despido, sin miedo a que se revoque su decisión en los juzgados.

Además, el líder patronal ha criticado la reforma por la obligación que introduce de ofrecer formación retribuida a los trabajadores. En su opinión, la cuenta formación, que inaugura el derecho a recibir 20 horas anuales de formación pagada a cada trabajador, tendrá efectos negativos para las cuentas de las empresas. Feito considera que elevará un 1,5 por ciento los costes laborales, lo que arruina, añadió, los beneficios que hubiera tenido el pacto de moderación salarial firmado por empresarios y sindicatos.