Rajoy pide y no da

22/02/2012

diarioabierto.es.

Aquellos hombres «ejemplares» de los que hablaba el espectador José Ortega y Gasset subrayaban más la perfección del no hacer que del hacer. Citaba el filósofo a los abstemios, los que alardeaban de no ir a los toros, no comprar lotería y, hasta,como el padre de Pio Baroja, de no haber visto jamás un drama de Echegaray o de la hazaña de haber estado solo en la Puerta del Sol. Bromas aparte, la ejemplaridad del no hacer le parecía al filósofo una inmoralidad. Pero hay situaciones en las que es mejor no hacer nada, ni caso, para no incurrir en contradicciones o inmoralidad. Esa es la opción por la que ha apostado el presidente Mariano Rajoy respecto al problema de ETA.

Cuatro meses y dos días después de que la banda terreorista anunciase el cese definitivo de sus actividades criminales, el presidente Rajoy contestó a la primera pregunta que le formuló en el pleno del Congreso el portavoz de Amaiur, Mikel Errekondo, diciéndole que han de ser ellos, los de Amaiur, quienes «pongan en juego toda su influencia para que los que mantienen la amenaza se disuelvan inmediata y voluntariamente sin ninguna condición». El Gobierno se limitará a aplicar la ley para garantizar la desaparición de la banda terrorista y se ocupará de que sus miembros respondan de manera individual ante la Justicia.

Aunque Errekondo apreció la existencia de un «conflicto político, antes de ETA y después de ETA», que sólo se resolverá, según dijo, cuando se aborden sus causas y consecuencias, es decir, cuando el Estado español reconozca a Euskal Herria como nación y asuma el derecho de sus ciudadanos a decidir su futuro, el Presidente no dio signos de apreciar problema político alguno, pues los vascos, como el resto de los españoles pueden ejercer libremente sus derechos políticos en democracia. El verdadero problema lo tienen los etarras. Para los presos solicitó Errekondo el acercamiento al País Vasco. Ya iba pidiendo la retirada de los policías y militares del País Vasco cuando se le acabó el tiempo.

Rajoy también demostró una ejemplaridad orteguiana en su respuesta al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, quien le preguntó qué va a hacer ante las protestas masivas contra la reforma laboral que protagonizaron los sindicatos el domingo pasado. «Lo que voy a hacer es no hacer nada», contestó directamente, después de recordar que «fue imposible» que los agentes sociales se pusieran de acuerdo sobre la reforma durante la legislatura pasada. O sea, que no va a modificar un decreto netamente favorable a los intereses de los empresarios. Que hagan otros, es su filosofía. Y si quieren hacer huelga general, que hagan, pero que la convoquen pronto porque si no aprobaremos una enmienda, tal vez de CiU, a la reforma laboral propiamente dicha para prohibierla. Ese es el plan.

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