Sacar el máximo valor a las inversiones en sistemas y tecnologías de la información requiere que las empresas dediquen tiempo y esfuerzo organizacional al aprendizaje y la innovación. Esta es una de las conclusiones de The Long Conversation, una obra escrita por Oswaldo Lorenzo, profesor de Deusto Business School (DBS), Peter Kawalek, profesor de Manchester Business School, Gastón González, director de Expertia Consulting Group, y Ben Ramdami, profesor titular en Bristol Business School.

The Long Conversation, editado en inglés, ofrece a los empresarios claves para dejar de invertir en nueva tecnología y materializar el valor de aquella de la que ya disponen. Es decir, maximizar el valor de la tecnología ya existente.

Los autores del libro consideran que durante los últimos tiempos las empresas han implantado sistemas y tecnologías empresariales de información que cubren de manera transversal a todos los procesos y funciones del negocio. Las expectativas han sido muy altas con objetivos de reducción de costes, mejora de las relaciones con clientes/proveedores, y mejores decisiones, entre otras. Sin embargo, como señalan los autores de esta obra, a pesar de las buenas intenciones, muchas empresas siguen aún batallando para alcanzar los resultados esperados y poder sacar mayor provecho a sus inversiones en tecnología.

Pero, ¿por qué es tan difícil sacar todo el potencial de una tecnología? ¿Qué pueden hacer las empresas para extraer todo el valor que puede dar una tecnología? Estas son algunas de las preguntas a las que se da respuesta a lo largo del libro.

En la situación económica actual, muchas personas podrían pensar que las empresas necesitan más y nueva tecnología de información. Los autores de The Long Conversation rechazan esta afirmación. Por el contrario, sugieren que las empresas lo que realmente necesitan es parar la adquisición de nueva tecnología y materializar el valor de la tecnología que ya tienen implantada.

Un modelo basado en el aprendizaje

Las empresas deben intensificar lo que los autores han denominado  “The Long Conversation”. Se trata de un modelo basado en nuevas prácticas organizacionales que requieren nuevas capacidades y la creación de nuevas comunidades internas de aprendizaje. Estas últimas deben permitir soportar el diálogo y la conversación necesarios para aumentar el valor de las inversiones en tecnología de información.

Aunque aparezcan nuevas tecnologías que será preciso implantar, ahora la prioridad debe ser el aprendizaje y la innovación desde la tecnología actual. Eso es lo que opinan los autores de este libro.