España está lanzando toda su artillería diplomática y política al Gobierno de Cristina Fernández para evitar una renacionalización de YPF que dañe los intereses de Repsol. El mensaje claro que se transmite es que esa medida no iría sólo contra la petrolera sino también contra España, como país muy próximo a la nación andina en varios ámbitos. En esta línea se ha pronunciado el ministro de Industria, José Manuel Soria, en su viaje a Buenos Aires y otras autoridades del  Estado español. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, quien también se trasladó a Argentina, permanece a la espera de los acontecimientos.

Y todos a la espera, asimismo, del discurso de la presidenta Fernández, que está previsto en el entorno de los cuatro de la tarde (hora española). La prensa argentina y medios político de ese país han especulado con la posibilidad que anuncie la reestatalización de YPF, para lo cual ya tendría las normas legales preparadas, así como el presupuesto para hacerse con un paquete de control.  Repsol tiene el 57% de las acciones de YPF, el empresario argentino Eskernazi, un 25%, mientras que el resto se negocia en Bolsa. No obstante, después de la caída ayer en Bolsa de Repsol, hoy remonta más de un 3%

La crisis se produce, por otro lado, en un ambiente marcado por el resurgir del nacionalismo, con un lema que mantiene que «YPF y las Malvinas, siempre argentinas».