Yo empiezo a no saber dónde estoy,y en especial,a no saber en qué siglo vivo.
Paseas por la calle, que es lo único barato que se puede hacer hoy en día, aparte de despedir, acompañado de toda esa gente que va a salir del paro gracias a las reformas, y te das cuenta de que no sabemos bien en qué país vivimos.
Tengo a mi izquierda un bazar de chinos, y a mi derecha otro, y más adelante un restaurante chino ¿Estoy en Chinatown? Pues no, es el castizo barrio de Lavapiés.
Un poco más adelante me tropiezo con un grupo de sudamericanos que gritan, que cantan y que en resumen, dan voces. Esto me hace pensar que estoy en una época posterior a 1492.
Sigo mi paseo, y de repente se derrumba mi conocimiento de la historia, ¿No expulsamos a los moros, árabes o como coño haya que llamarles para que no se molesten? ¿He sido teletransportado a Oriente?
La calle esta llena de Magrebíes ¿Seguro que sólo magrebíes como dice la gente?¿ No serán beduinos, sunníes, chiíes, ibadíes, alawitas, ismaelitas o drusos, que cada cual es de un país y no hay dios que se aclare?.
Me fijo en sus restaurante y veo que en todos tienen Hummus, que bien podían traducirlo y así sabríamos que significa garbanzo.
También me fijo en que tienen un rulo de cordero, al cual laminan y lo sirven. Me voy a abstener de contarles cómo se hace ese rulo de cordero, simplemente un apunte: se hace en Alemania en la sede de la franquicia Doner Kebab, y se parece mucho a la fábrica de starlux.
Así que les diré como se hace un suculento Hummus, QUE NO TENGO NADA ENCONTRA DE LOS SABORES DE ORIENTE.
Hay dos tipos muy diferenciados: el que se come en Oriente Medio y el que se come en Grecia. Este último lleva canela, aceitunas negras, y yogurt, lo que le da un sabor totalmente diferente. Visto como le va a Grecia, haremos la receta más común, no vaya a ser que entremos en crisis.
El hummus es un plato baratito y para el cual vamos a necesitar garbanzos , zumo de limón , ajos y pimentón y una crema denominada tahina, facilita de hacer, y para la cual necesitamos semilla de sésamo o ajonjolí, y AOVE.
¿Qué es el AOVE? Pues es la última estupidez que se le ha ocurrido a algún genio del marketing o a algún espabilado mediático, o algún cocinerete parco en palabras pero empachado de éxito. Son las iniciales de Aceite de Oliva Virgen Extra.
Preparamos primeramente el Tahine o Tahina.
Tostamos las semillas a fuego muy bajo durante unos 10 minutos, en horno o sartén. Yo prefiero sartén. Una vez que estén levemente doradas, no pasarse que explotan y no estamos para estropicios en la cocina aunque hayamos pagado el seguro de la casa, las ponemos en el vaso de la batidora con una pizca de sal, y a medida que las batimos vamos añadiendo el ajo, el aceite y el pimentón hasta conseguir una emulsión cremosa, tipo mayonesa.
De esto se puede hacer cantidad ya que también sirve como acompañante a carnes y además se puede congelar; es decir, que es como la vida de hoy, cantidad de deudas, acompañantes en la cola del paro y congelado como los salarios.
Como en este país la picaresca , aunque ahora ya sea corrupción, esta siempre al día, habremos hecho el día anterior un suculento y desmedido cocido, como ese majestuoso que hacía nuestra abuela; sólo las abuelas y madres hacen buen cocido, lo que me hace pensar que para hacer buen cocido hay que ser abuela y/o madre.
También se pueden utilizar garbanzos cocidos de lata, pero es aun más económico llevarse las sobras del cocido que ha hecho nuestra abuela y/o madre.
Escurrimos los garbanzos, hacemos zumo con la mitad del limón, pelamos un diente de ajo (poned sólo un diente de ajo que el Tahine también lleva y no estamos preparando un plato antivampiros).
Colocamos los garbanzos en el vaso de la batidora con el diente de ajo, el tahini, el cilantro y/o perejil, el zumo de limón colado, una pizca de pimienta negra, sal, y aceite de oliva virgen extra.
Ponemos la batidora a plena potencia, imaginando que dentro del vaso están los corruptos, los políticos, los banqueros, y los hijos en la edad del pavo. No nos emocionemos mucho que hay que controlar que quede el puré con una textura cremosa y densa.
¡Y por arte de birlibirloque ya tenemos nuestro hummus!
Queda muy bonito presentarlo en un plato llano y grande con frutos secos por encima; así, de esta manera, lo compartiremos entre varios. Hay que compartir lo poco que nos queda, que compartido las alegrías son mayores. Eso decían los curas de mi colegio, aunque visto lo visto, con la iglesia no sé yo, no sé yo…
Serviremos al centro de la mesa acompañando de un palet de pan de hogaza tostado, pan de pita horneado, biscotes y demás elementos derivados del pan ,y dos capachos de patatas fritas , bastoncillos de vegetales crudos como zanahorias o pepino. También se pueden poner tortas de maíz.
Y si queremos quedar como reyes, digo bien como reyes, no como consortes, en lugar de garbanzos utilizaremos berenjena, y además no le llamaremos hummus, le llamaremos babaganush.
¡Buen provecho!
Patricio Sesma Granell es director del restaurante Bokado de Madrid
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