Edurne Pasaban es ingeniera técnica industrial, máster en ESADE, Premio Nacional del Deporte en 2010 y fue candidata al príncipe de Asturias. También es conocida por su tozudez. Dicen que los vascos lo son y ella es de Tolosa. En 2001 subió al Everest. Al año, se propuso coronar los 8.463 metros de la montaña que estaba a 22 kilómetros de distancia del Techo del Mundo, la llamada El Gran Negro, el Makalu. Cinco meses más tarde, subía al Cho-Oyu y así, contado de forma tan sencilla se hizo en nueve años, con la proeza de coronar las 14 cimas que superan los 8.000 metros de altura. Lamento tener que añadir, como proeza, que es la única mujer que lo ha conseguido hasta la fecha. A estas alturas no debería ser tomado como un hecho a resaltar su condición sexual, pero así es y eso le suma méritos, por tanto, lo añado.

Tanto ir al Himalaya, al Tibet, a Nepal y conocer la realidad social de la población la llevó a implicarse en su desarrollo.

Para un montañero, los sherpas son fundamentales en la ascensión a las cumbres. Los ochomiles son más que piedras, nieve y conquistas. Son personas que desde que tienen fuerza suficiente ya se entrenan como porteadores. Contaba Edurne, durante la cena solidaria organizada por Évalia en el hotel AC Baqueira, este fin de semana que “a los tres años los niños en Nepal ya llevan a sus hermanos de seis meses a la espalda y en cuanto crecen un poco más, ya les ponen a trabajar. De forma que ir a la escuela es imposible dados los problemas familiares y el nivel altísimo de alcoholismo de la población. El nivel de analfabetismo posiblemente roza el 90 %. Creemos que la manera de ayudarles es con la educación. En la Fundación Montañeros para el Himalaya, tenemos 96 niños apadrinados en Katmandú, allí tenemos una casa de acogida donde viven los niños y niñas y cuatro de ellos ya van a la universidad”.

Cuando Edurne descendía por “la Montaña Salvaje”, el K-2, en 2004 creía que no llegaría al campamento base. Su grado de hipotermia la llevó al límite, tanto que perdió dos dedos de los pies “antes no lo notaba pero ahora que el pie se ha ido colocando, no aguanto los zapatos con tacón es un dolor tremendo”. También por el camino, aunque haya coronado las cimas más altas del Planeta, ha dejado compañeros y amigos. Sabe de la dureza extrema del lugar y por eso se siente en deuda con la población que portan los equipajes de los montañeros.

Edurne Pasaban no está sola. Este año en el Valle de Arán se ha gestado la iniciativa Solidaran, están recaudando ropa de invierno que llevará Álvaro Bultó al Pakistán este verano. Allí el aventurero se tirara con su traje de pájaro desde un pico a 6000 metros de altura, pero también porteará desde España, toda la ropa de abrigo y dinero que se recaude en estos meses de invierno y primavera.

El hotel AC Baqueira, con Ignacio Catalán y su mujer Fany, que ejercieron de anfitriones, pusieron a disposición de los organizadores las habitaciones para alojar a los que quisieron estar presentes en la gala, eso incluía a María José Suárez y a Priscila de Gustín porque Jorge Fernández, Álvaro Bultó y Edurne tienen casa en la zona y no hizo falta alojarlos. También ofrecieron una cena italiana preparada por Andrea Tumbarello, Así entre la Lunette de queso y trufa, era imposible que Tumbarello hiciera un menú sin trufa, y el Cabrito lechal de pastoreo con cremoso de boniato, se subastaron 10 fotografías de Oriol Ribas, 2 relojes edición especial conmemorativa de los 14 ochomiles coronados por Edurne y otros objetos. El dinero recaudado se va íntegramente a las acciones puestas en marcha en Nepal por “Montañeros para el Himalaya” y a Pakistán a las iniciativas de la fundación Félix Baltistán.

Más información en www.solidaran2012.blogspot.com

En la oficina Évalia 973 644457 y 671 541545

www.edurnepasaban.com/fundacion/