De esa cifra, Endesa destinará el 50% a América Latina, mientras que el 50% restante se repartirá entre España, Portugal y otros países. El programa no es, asimismo, muy expansivo, ya que el 71% de las inversiones tienen como objetivo el mantenimiento de los activos y sólo el 29% restante es crecimiento.

La eléctrica prevé un gradual y moderado aumento del resultado bruto de explotación (Ebitda) en esa etapa: desde los 7.000 millones de este año a los 8.000 millones de 2016. El panorama que describe la compañía que controla la italiana Enel no es, por el momento, muy positivo, marcado este año entre otros temas por la caída de la demanda y el incremento de los precios de los combustibles.

En 2012 ya más de la mitad del negocio del grupo se generará en el continente americano. Quizá, por eso más parecen ser más optimistas en América Latina, en donde quieren mantener el liderazgo. En España, algunos de los objetivos se centran en la optimización de la caja, con inversiones selectivas y la reorganización de la distribución. Endesa subraya, además, que su estrategia se basa «en una exposicón limitada al riesgo».

La Bolsa no ha recibido bien este plan, aunque algunos analistas estiman que la cotización de la eléctrica española estaba más marcada por los datos de su matriz Enel, que cuenta con una abultada deuda. Una situación que ha hecho que en medios del mercado se haya especulado con la posibilidad de que Enel está obligada a desprenderse de algunos activos de Endesa.