Debido a los problemas que tuvo para abandonar su propia firma Font no podía rubricar nada con su nombre pero eso no le impide hacerlo con la de Jesús del Pozo , que desde su fallecimiento en agosto de 2011 no tenía director creativo.

Han sido semanas de trabajo, de pruebas, de tomas de contacto para acabar firmando el lunes 12 de marzo el contrato que le une a la firma del fallecido diseñador madrileño, Jesús del Pozo . Cada uno en su estilo, ambos modistos han sido dos enormes creadores que han llevado sus nombres por todo el mundo por méritos propios. Jesús llegó a la conquista de Oriente y Font a a la toma de Francia, en el difícil campo de la Alta Costura. Curiosamente, el primer desfile de Jesús del Pozo tiene lugar en Paris en 1976.

Uno con su influencia oriental y otro con su mundo onírico. El amante de los cortes arriesgados y de la elegancia no ha podido tener mejor continuador que el catalán Josep Font , que, por cierto, no ha sido el único que ha optado al puesto. Hubo otros candidatos pero Font ha sido el elegido. Hace unas semanas por las redes sociales se comenzaba a propagar la noticia, en parte era cierto, pero estaban probándose y no era el único que estaba en la terna. La decisión se ha tomado el lunes 12 con la firma del contrato y después de haberlo revisado con mil ojos. El precedente para el catalán era doloroso y no había que correr riesgos.

Quién es Josep Font

Hace unos meses, a raíz de un equívoco sobre la participación de Josep Font en unos shows, algo que no era cierto ya que lo que desfilaba era la marca con su nombre de la que él llevaba tiempo desligado, escribí un artículo del que copio estos párrafos;

Bastan dos anécdotas para dejar fotografiado al personaje y luego que cada uno saque sus conclusiones; cuando Josep Font estaba un mes de julio en su ático acristalado de una casa modernista en pleno Poble Nou de Barcelona, recibía una llamada desde París. Monsieur Grumbach , presidente de la Chambre Syndicale de la Haute Couture , le comunica que todos sus miembros habían decidido invitarle a desfilar en la Alta Costura, sería el tercer español en entrar al selecto club. Algo que antes le había ocurrido a Balenciaga y Rabanne . Después de haber estado soñando toda su vida con ese momento, le dio las gracias a Grumbach y le dijo que se lo tenía que pensar.

La otra anécdota es su precocidad. Desde los siete años Josep Font, ha ejercido de lo que ahora se llama “personal shopper” de la moda. Acompañaba a su madre en sus compras. Una de las mujeres más elegantes de la sociedad catalana tenía como gurú a un niño, que si decía que algo no le quedaba bien, la madre no se lo compraba.

Después de finalizar el bachillerato en los maristas su padre le obligó a estudiar una carrera. Terminó Arquitectura. Aún así, Josep no podía acabar en otro lugar más que en la moda, a pesar de que su padre no pudiera entender qué era eso de ser modisto.

Así es Font: se toma un mes para aceptar la invitación a desfilar en la Alta Costura y en sus comienzos rechaza uno de los mejores premios para diseñadores jóvenes, el Space Pierre Cardin . Parece distante y frío. Sabe bordar, coser y todos los oficios de un taller de costura. Es un cinéfilo empedernido y un lector voraz. Siente pasión por muchas cosas pero especialmente por sus gatos y por la obra de Hockney y Bacon . Si pudiera, se llevaría a su loft los 5×7 metros de lienzo que ocupa “La balsa de la medusa” de Géricault.

Le conocí hace unos años en una casa tradicional de comidas del Poble Nou donde me dijo “siempre estoy trabajando, no me puedo permitir ir a fiestas. Las emociones me duran cinco minutos. Enseguida estoy otra vez trabajando”. Para una persona que piensa así, llevar tantos meses retirado tiene que ser muy duro. Esta vez, para evitar los grandísimos disgustos que se llevó, por no leer el contrato que firmó con su propia marca, ha contado con un buen equipo jurídico y unos buenos amigos que le han asesorado