50 Words for Snow, de Kate Bush

13/03/2012

Javier Amo.

Quien no recuerda aquel tema “Wuthering Heights”, en el que con la inestimable colaboración de David Gilmour (Pink Floyd), nos sorprendió a todos con una voz tan especial, que llevó a la crítica a oscilar entre el amor y el odio, sin territorio intermedio. Yo debo reconocer que la primera vez no me gustó, pero luego me he ido convirtiendo en uno de los más fieles seguidores de esta cantante.

Después del éxito inesperado surgieron varios álbumes en los 80 en los que desarrolló todo su talento como The Dreaming (1982), Hounds of Love (1985) y The Sensual World (1989). Después en los 90 pasó a un ligero ostracismo con colaboraciones esporádicas, hasta reaparecer en el 2005 con una maravillosa grabación denominada Aerial.

Estamos ante una artista inclasificable, con múltiples estilos, con grabaciones intermitentes que siempre nos sorprenden, y que se espacian tanto en el tiempo que muchas veces se pierde el hilo de lo que está haciendo.

Esta grabación, como siempre presenta división de opiniones. He revisado las críticas en el Reino Unido y la crítica lo considera una obra de arte, mientras que si entras en los blogs, el público en general no ha querido dar su beneplácito. Las calificaciones oscilan entre la genialidad y la excentricidad. ¿Por qué esta dicotomía? Básicamente porque es un disco muy difícil. Muy alejado del pop, del rock o de cualquier otro estilo, con ritmos hipnóticos y repetitivos y siempre sobrevolando con una voz, cada vez más formada, más madura e intrigante, con una maleabilidad que nos sorprende cada vez más.

Consigue crear realmente un ambiente en el que sentirás confortable o no, pero que no va a dejar de sorprenderte, desde el lirismo de “Among angels” hasta la crispante “50 words for snow”.

En resumen, nunca te compres un disco de Kate Bush sin estar seguro de lo que haces. Necesitarás múltiples audiciones para poder penetrar en el mundo que nos propone.

Se trata de una artista que diseña su mundo bajo su propia perspectiva y fuera de las imposiciones de los mercados (ella tiene su propio sello discográfico) e incluso de lo que demandan sus seguidores.

No esperes melodías pegadizas ni temas destacados, pero sí el entrar en un mundo musical diferente, con letras imaginativas, voces sorprendentes y paisajes propios.

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