La agencia Moody’s ha anunciado que reduce un escalón la nota de la deuda a largo plazo de Repsol, que pasa de Baa1 a Baa2. Según la agencia, esta bajada se debe al nivel de endeudamiento de la petrolera y al deterioro de otras partidas financieras en el último ejercicio que han sido provocados por unos resultados operativos menores de lo previsto y al aumento de los costes para financiar las inversiones.

Otros factores negativos han sido los problemas de abastecimiento desde Libia y los efectos de las huelgas de YPF en los márgenes del grupo. A esta situación se añade el aumento de los costes por la inflación argentina y la suspensión de los subsidios contenidos en el programa Petróleo Plus.

La crisis en el país andino sigue pesando en Repsol, pese a que la temida renacionalización de YPF no ha tenido lugar. Ahora las amenazas provienen de algunas de las provincias productoras de ese país, como Santa Cruz y Chubut, que están estudiando hoy anular algunos de los permisos que tiene el grupo español para explorar y producir hidrocarburos con la acusación de que no realiza las inversiones necesarias para desarrollar los campos.