Suele ocurrir que después de una subida de las buenas suele venir una realización de beneficios. Y si encima hay una noticia que se puede usar como excusa, pues miel sobre hojuelas. Esta vez se ha usado el déficit por cuenta corriente y también el suspenso de Citi en los test de estrés para frenar la euforia que no pudo contenerse en la víspera. En definitiva, que se impuso la lógica bursátil.

Lo cierto es que el mercado intentó la remontada, pero lo que logró fue que el Dow Jones y el Nasdaq Composite cerraran en positivo, aunque ciertamente mínimo, y que el S&P 500 terminara en negativo. En otro momento de la historia me preocuparía, pero en este no lo voy a hacer. Los dos índices que suben ya rompieron ayer «barreras psicológicas» a las que hoy no se han acercado ni por asomo.

En cambio, el S&P 500 sí se encuentra en una zona «delicada», al borde de los 1.400 puntos pero sin romper esta cota ni en la jornada de ayer ni en la de hoy. Partiendo de ambos razonamientos, cabe decir que el índice va a necesitar mucho más y, sobre todo, mejor. De momento se ha decantado por el frenazo, lo que tampoco es necesariamente malo, pero nos tiene con el alma en vilo.

En cambio, si algo me preocupa, eso es la descompensación entre valores alcistas y bajistas en la jornada de hoy. Los bajistas casi triplicaron a los alcistas y eso que la mayor parte de los índices concluyó en positivo.

¿Recogida de beneficios o algo más serio? Nunca se sabe, pero esta vez debo aventurarme y subrayar que yo solo veo una recogida de beneficios puntual. Pero, ya saben, que aquí nunca hay que descartar nada por completo. De hecho, no descarto preocuparme si en un par de días no se disipan por completo las dudas.

En fin, que seguimos con la madeja liada, pero un poco más arriba. El Dow Jones avanzó un 0,13%, el Nasdaq Composite un 0,03% y el S&P cerró con pérdidas del 0,13%.