Andreu Mas Colell, conseller de economía de la Generalitat, es un economista con un prestigio internacional reconocido, persona poco dada a las frivolidades como tampoco lo son el presidente de la Caixa, Isidre Fainé ni Miquel Roca Junyent. Los tres compartieron la presidencia en la conferencia que dictó el  primero en el Círculo Financiero de la Caixa.

En este marco, Mas Colell advirtió de las serias consecuencias que para la autonomía catalana puede tener la aplicación de la ley de estabilidad, que en su opinión “si el Estado pretende convertir Catalunya en una autonomía más, intervenida hasta las cejas y sujeta al dictado de funcionarios ministeriales iremos al conflicto y a un periodo turbulento” y planteó que ahora han de resolver el dilema de “o bien pacto fiscal o fin del autogobierno”.

El consejero ha lamentado que se culpe a las autonomías del déficit del Estado y se transmita este supuesto a escala internacional. Por otra parte avisó que existe el peligro que el Gobierno, para cumplir el objetivo de déficit del 3% interprete que se pueda conseguir presionando al máximo a las autonomías. Si esto sucede valoró de “imposible” alcanzar este objetivo.

Por otra parte reclamó que la deuda autonómica goce de los mismos beneficios que la que tiene la deuda pública del Estado y se pueda beneficiar de la política de liquidez del Banco Central Europeo, como sucedía hasta la reforma de la Lofca en el año 2006. Por otra parte Mas Colell advirtió que la rebaja del 2% anual del PIB de aquí al 2020 “puede tener efectos contraproducentes y provocar una nueva contracción económica con efectos devastadores para las autonomías más endeudadas” (Catalunya tiene una deuda de 41.778 millones, el 22,1% del PIB)y que “no se puede pedir tantos sacrificios a los ciudadanos” y volvió a criticar al gobierno de Rodríguez Zapatero por la deslealtad que tuvo al incumplir sus compromisos económicos con Catalunya.

Por otra parte el conseller reclamó al PP que presente los presupuestos del Estado antes de final de mes y que estos sean tan rigurosos en los gastos como lo son los presupuestos catalanes.