Tras la destitución, hace una semana, del secretario general del PCCh en Chongqing  (sudoeste), Bo Xilai, en internet  se habla de supuestos tiroteos en las residencias de altos dignatarios del régimen, de golpe de Estado, y de hipotéticos movimientos de tanques. De toda esta tensión se hace eco The Financial Times en su artículo Beijing on edge amid coup rumours

A Bo Xilai, se le vaticinaba, hasta hace muy poco, el ingreso en la comisión permanente del Buró Político del Partido, y su destitución ha desatado un nerviosismo que es terreno abonado para todo tipo de rumores.

«La gente está nerviosa porque no hay mucha información disponible. Hay avidez de informaciones, y si no existen, la gente las inventa», afirma Bo Zhiyue, un experto de cuestiones políticas chinas en la Universidad Nacional de Singapur.

La cúpula del PCC y el Gobierno chino deben renovarse entre fines de este año y los primeros meses de 2013, y para Willy Lam, analista de la Chinese University de Hong Kong, todo este conjunto de rumores evidencia que han salido a la luz las luchas entre las diferentes facciones del PCCh.

Tras la destitución de Bo Xilai, su ex aliado, el alcalde de Chongqing, Huang Qifan, parece que ha cambiado de bando y ha revelado oscuros secretos de Bo ante el gobierno central, incluidos los insultos que, en privado, dirigía a otros dirigentes, provocando que la situación se haya vuelto más tensa.

Bo Xilai, al parecer, ha participado a lo largo de su vida en diferentes conjuras y ha recurrido a la tortura, y la represión brutal, cuando lo ha considerado beneficioso para sus intereses.