La banca española exige que se amplíe la reestructuración al sistema financiero europeo

27/03/2012

Miguel Ángel Valero. Miguel Martín, presidente de la AEB, aplaude que una caja sea el mayor banco de España, y que lo haga sin ayudas públicas, pero recuerda que eso ya lo hizo el Popular con el Pastor

Al día siguiente de que una caja, ‘la Caixa’, destronara a un banco, el BBVA (tras absorber Unnim), como primer grupo financiero de España al salir al rescate de Banca Cívica, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB) y ex subgobernador del Banco de España cuando se intervino el Banesto de Mario Conde, Miguel Martín, mostró su rostro más beligerante. Elegante, felicitó a ‘la Caixa’ por la “magnífica operación que han hecho” al absorber Banca Cívica. Incluso llegó a decir, tras una pregunta de diarioabierto.es, que “me llena de felicidad” que el primer banco del país sea una caja porque “fortalece al sistema financiero”. Sobre todo, aplaudió que CaixaBank renuncie a ayudas públicas para digerir Banca Cívica. “Ése es el modelo”, afirma Martín, para inmediatamente recordar que eso es lo que hizo el Popular con el Pastor, restando importancia a la decisión del nuevo mayor banquero de España, Isidro Fainé. Luego rechazó considerar ayudas públicas los esquemas de protección de activos que han recibido el Sabadell para hacerse cargo de la CAM, y el BBVA, de Unnim.

Pero la beligerancia del presidente de la patronal bancaria se centra en que termine ya la reestructuración financiera, que, recuerda con evidente malestar, comenzó en 2009. Una reestructuración en la que “el sector viable” del sistema financiero “debe salir reforzado”. “Y para ello no deben darse ventajas competitivas a entidades que no son viables”. Es más: “el coste de la reestructuración no debe poner en peligro al sector financiero viable”.

¿Quién debe pagar la factura? “Las entidades en crisis”, responde con rotundidad Miguel Martín. En vez de hacer una “reestructuración ordenada para crear entidades sólidas, rentables y viables”, se conceden ayudas públicas para “recapitalizar entidades inviables, cuando éstas deben servir para que desaparezcan, para que se integren en otros grupos, no para que sigan”.

Mientras el sector bancario no viable se reestructura, el viable tiene que hacer frente a la recesión económica, al elevado riesgo soberano, al coste de la reestructuración, a otros posibles costes, como la lucha contra la exclusión social, que no nos corresponde, o el impuesto sobre las transacciones financieras, y al riesgo regulatorio”, insiste el presidente de la AEB.

Martín reprocha al Gobierno, sobre todo al anterior, que la crisis financiera haya provocado 11 reales decretos leyes (sólo uno aprobado por el actual Ejecutivo). “Creo que ya no va a haber más”, señala, irónicamente. Y que la “reestructuración está inacabada y sin rumbo fijo”. El presidente de la patronal bancaria resalta que esa reestructuración inacabada “genera riesgos”. Entre ellos, que la recuperación del crédito está condicionada a ella, porque “no se puede, no se debe, dar créditos sólo con la financiación de los bancos centrales”. “Queremos incrementar el crédito a empresas y familias, pero la experiencia demuestra que primero debe recuperarse la economía. La recuperación del crédito está ligada a la mejora de la economía y a la reestructuración del sistema financiero”, argumenta.

El presidente de la AEB, lo que es lo mismo que escribir la banca española, reclama que la reestructuración del sistema financiero debe extenderse a toda Europa, propiciándose la integración de entidades de varios países. Porque “se han capitalizado con fondos públicos entidades tanto en España como en Europa, y eso siempre es una ventaja competitiva”, lo que perjudica, obviamente, a las entidades que se han mantenido al margen de la crisis.
Pero esa reestructuración debe generar “el número suficiente de entidades sólidas y rentables que compitan entre sí a escala nacional, pero también regional y local, de forma que no pueda haber una entidad financiera dominante en una ciudad o en una zona”, argumenta Martín.

Descenso del 41% en 2011

Los grupos bancarios españoles han obtenido un beneficio atribuido de 8.295 millones de euros en 2011, el 41% menos que un año antes, con pérdidas en el cuarto trimestre. Pero han vuelto a demostrar, según el presidente de la AEB, su capacidad de generar ingresos recurrentes en la actividad de banca minorista. El margen de intereses crece el 1,9%; el rendimiento de instrumentos de capital, el 4,4%; las comisiones netas, el 4,7%.

Además, han mejorado notablemente su solvencia: el capital básico mejora algo más de un punto para colocarse en el 10,04%, con un incremento de cuatro puntos desde el inicio de la crisis. Los fondos propios aumentaron el 7%, casi el doble que el balance. Éste crece el 3,8%. Los depósitos apenas suben el 1,2% pese a la feroz guerra del pasivo. Y los créditos, el 2,2%.

Los saneamientos aumentan el 20%, detraen 0,18 puntos de rentabilidad sobre activos totales (ROA) y explican dos terceras partes de la caída del resultado del ejercicio. La ROE (rentabilidad sobre recursos propios) se sitúa en el 5,6%. La ratio de eficiencia (el peso de los gastos sobre los ingresos) sube al 47,6%. “El crecimiento del gasto es reversible, siempre se puede recortar, y hay que recuperar la eficiencia anterior a la crisis”, zanja el presidente de la AEB.

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