Han hecho falta nada menos que 14 meses de negociaciones. Pero ya está firmado el XX convenio colectivo de cajas rurales, que interesa a 23.000 empleados. El último convenio del sector financiero que quedaba por cerrar, después de haberse firmados los de banca y de cajas de ahorro. Los sindicatos mayoritarios Comfía-CCOO y FeS-UGT y la patronal del sector UNACC firmaron un preacuerdo que, como los de bancos y cajas de ahorros, supone una congelación salarial para 2011 y 2012, subidas del 1,25% para 2013 y 1,75% para 2014. Los trabajadores de las cajas rurales tendrán un incremento adicional del 0,25% cada año si el Producto Interior Bruto (PIB) registra crecimientos en esos años.
Además, se incorpora una cláusula de empleo en la que las cajas rurales se comprometen a la no utilización de medidas traumáticas ante los reajustes de plantillas, la constitución de mesas laborales y apostando por una negociación previa con las representaciones sindicales en la que se adopten medidas de flexibilidad interna y salida ordenada (prejubilaciones y bajas voluntarias) como alternativa a los despidos.
Se produce una consolidación del nivel salarial 6 (antes 7) a los directores de oficina.. Y una equiparación de las parejas de hecho en el permiso por matrimonio.
FeS-UGT destaca que con este convenio colectivo «no ha habido retroceso en ningún derecho, ni social ni laboral (movilidad geográfica, antigüedad, etc.) que tenían los trabajadores pese a la pretensión de la patronal de llevar a cabo otros recortes«. Y que los sindicatos han realizado un esfuerzo de contención salarial para velar por el mantenimiento del mayor número de empleos, comprometiéndose también en la mejora de la competitividad y de la productividad en las entidades.
Para Comfia-CCOO, “después de más de 14 meses de negociación, y en plena efervescencia del sector de cooperativas de crédito, patronal y sindicatos han llegado a un preacuerdo en el que se mantienen todos los derechos de las personas que trabajan en el sector y en el que se marcan las directrices para abordar la segura reestructuración del sector, en los próximos tiempos, de manera consensuada y comprometiendo la negociación mediante la constitución de mesas laborales, todo ello en un marco de convenio con moderación salarial”.
Sector en concentración
Las cajas rurales, como las demás entidades financieras, están acelerando su proceso de concentración. La primera entidad del sector, la almeriense Cajamar, que sumó a otras ocho entidades (la última, la Rural de Castellón), en su grupo cooperativo, se ha unido a Cajas Rurales del Mediterráneo, impulsada por la valenciana Ruralcaja con 14 entidades más de esta región, en Cajas Rurales Unidas. La Rural de Vila-real también se ha unido a esta operación, que supone abandonar el Grupo Caja Rural y sus sociedades (Banco Cooperativo Español, la informática RSI y la aseguradora RGA). Hay otras dos fusiones virtuales: el grupo Ibérico, con la sevillana Rural del Sur, la de Córodoba y la de Extremadura; y el formado por las rurales de Almendralejo, Utrera, Baena, Adamuz, Nueva Carteya y Cañete de las Torres.
Se han producido también tres integraciones convencionales: Globalcaja (Albacete, Cuenca, Ciudad Real y La Roda), en Castilla La Mancha; Bantierra (Cajalón y Multicaja), en Aragón; y Caja Más (Burgos, Segovia, Cajacega), en Castilla y León, con la incorporación de la catalana San Fortunat.
Pero la mitad del sector sigue al margen de esta concentración.
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