Y ahora ¿qué?

30/03/2012

diarioabierto.es.

Nunca hay manera de saber si la huelga ha sido un éxito o un fracaso. Ni, posiblemente, las cifras sindicales sean ciertas, ni tampoco los que han visto en la jornada la derrota sindical. Ya lo escribió Kipling hace años: el triunfo y la derrota son dos impostores.

Otra es la lectura que, en mi opinión, hay que hacer a la jornada de ayer. Tal como están las cosas, la huelga ha sido –y eso es difícil de negar- un toque de atención a las medidas del gobierno y de la UE. Una huelga, el hecho de una huelga, es importante desde que se convoca. Porque convocar una jornada de paro no es plato de gusto para nadie. No. Ni para los sindicatos ni para los convocados.

La huelga cuesta dinero a las empresas. Pero se olvida quien hace esa valoración que cuesta dinero a quienes la hacen. No es, por tanto, ni un capricho, ni una irresponsabilidad. Todo lo contrario. Es un último recurso que se utiliza cuando todos los puentes están rotos.

Habrá que convenir que resulta cuando menos sorprendente que, semanas después de un acuerdo de negociación colectiva suscrito entre empresarios y sindicatos, el gobierno impusiera por decreto otra reforma que, en algunos aspectos, contravenía lo firmado.

Lo terrible de esta huelga es que la respuesta no parece estar en manos del Gobierno español, por muy chulo que se ponga. La respuesta a la huelga, me parece a mi, está en manos de la UE. Con lo cual siempre queda la duda de si realmente pintamos algo en unas decisiones e imposiciones que se toman desde Bruselas.

¿Habrá que votar la próxima vez a Merkel?

No entiendo nada de economía. Pero el sentido común me parece señalar que si no hay dinero, no se consume. Si no se consume no se produce. Y si no se produce no se necesitan trabajadores y se recurre al despido. La economía no crece.

El sentido común y la propia observación nos hace ver que cada vez gastamos menos. Tomamos menos taxis, bebemos menos cañas, compramos productos más baratos y aguantamos sin renovar la ropa o el calzado a la espera de tiempos mejores. Así es difícil reactivar la economía. El brutal recorte presupuestario, sobre todo en infraestructuiras, no parece el mejor camino para que los empresarios generen actividad y empleo.

Y no creo que sirva para mucho ese aliento a que todo el mundo se haga autónomo. Vamos a acabar siendo un país de bares, vendedores a domicilio y fabricantes de asientos de sillas.

En fin, que no soy un experto y, a lo peor, estoy diciendo barbaridades. Pero es lo que dice mi sentido común.

Hoy más que nunca, la poesía. Neruda, me recordaba un lector amigo tiene una bella poesía sobre la huelga. Leamos sus palabras, aunque sólo sea como homenaje a un gran poeta.

Extraña era la fábrica inactiva.
Un silencio en la planta, una distancia
entre máquina y hombre, como un hilo
cortado entre planetas, un vacío
de las manos del hombre que consumen
el tiempo construyendo, y las desnudas
estancias sin trabajo y sin sonido.


Cuando el hombre dejó las madrigueras
de la turbina, cuando desprendió
los brazos de la hoguera y decayeron
las entrañas del horno, cuando sacó los ojos
de la rueda y la luz vertiginosa
se detuvo en su círculo invisible,
de todos los poderes poderosos,
de los círculos puros de potencia,
de la energía sobrecogedora,
quedó un montón de inútiles aceros
y en las salas sin hombre, el aire viudo,
el solitario aroma del aceite.

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3 pensamientos en “Y ahora ¿qué?

  1. No es que sea tampoco sea una experta e incluso alguie nse puede llegar a ofender porque hablo desde Argentina.
    Pero yo creo que, desafortunadamente, se cae en un error al tratar de analizar las políticas económicas desde la visión de país, creo quee hoy por hoy es más acetado analizarlo desde el conjunto de la UE..es terrible y ojalá más pronto que tarde terminen de sacarle el juego a esta terrible unión y cada país vuelva a ser un poco más libre.
    Aún más sí,vale, si no se consume, hay paro y no se produce y todo el etc del circulo maravilloso de la teoría económica..la economía «no crece» pero otra vez habría que verlo en el contexto de la UE y siempre recordando a nuestro querido Keynes y sus soluciones a un sistema que de por sí antes o después tendrá que caer porque falla y a esto le sumamos el darwinismo económico…entonces algo de cierto hay en el circuito de la teoría económica …pero aplicando las politicas de Keynes podemos bajar los sueldos y un largo etc que todos bien sabemos desde las medidas que tomó Rajoy para con las políticas laborales…son muchos factores
    y de nuevo habría que ver en el total de la UE cuanto bajo el consumo etc etc…

    Con respécto a la huelga leía un twitter de un amigo español que decía «parece que no se entera que va por ellos» pareciera que gran parte del pueblo tampoco entendió que todos los que estaban en las calles estaban por algo más que apoyar al PSOE o a los sindicatos…iba por otro lado la cosa y la gente era la responsable de darle el sentido y dejar en un segundo plano a los sindicatos o al PSOE…

    en fin..como siempre después de tanta realidad me refúgio en poesias como las tuyas.

  2. Iba a decir que para saber el impacto de la huelga de la manera más real posible, habria q pedir datos s a la Seguridad Social de cuantos contratos se suspendieron por la huelga el dia 29 (por aplicacion de la ley, ese dia se descuenta de cotizacion y las empresas han de traitar ese tipo de suspensión del contrato). Pero creo q no será real. Muchas empresas, directamente cerraron, no por apoyo al paro en todos los casos, sino por no tener problemas con piquetes ese dia. Cerraron y dieron ese dia de vacacione sobligadas a sus traajadores (vulnerando a mi entender, su derecho a hacer huelga, o al menos, a elegirlo) o se lo cambiaron por venir a trabajar un sabado q normalmente es «día de descanso».

    así q al final no se si la huelga se siguió más o menos. En todo caso, emociona ver las calles llenas en las manifestaciones…

    Un abrazoº

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