España tendría que reducir su red bancaria en un 35%, lo que supondría a su vez un excedente de plantilla que alcanzaría los 41.460 empleados, el 10% de la plantilla actual, según el análisis realizado en el marco del Executive Master en Dirección de Entidades Financieras del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB). El informe recuerda que el 30% de las oficinas genera el 70% de todo el negocio de las entidades financieras, por lo que existe un sobredimensionamiento de la red que hace que España sea el país con más sucursales bancarias por habitantes del mundo cuando no ocupa siquiera un puesto entre las 10 primeras economías. Este porcentaje de sucursales sobrantes es superior al que estiman públicamente responsables de entidades, que hablan de un 20%.

“En España habrá que cerrar 10 oficinas bancarias al día en los próximos tres años para dejar la red en un volumen de entre 25.000 sucursales y 30.000, un tamaño más adecuado a la realidad del país”, según el estudio “¿Tiene futuro la red de oficinas bancarias?”.

Según las conclusiones del estudio, la reducción de la red bancaria en España tendría que ser del 35% con respecto al número de oficinas que había en enero de 2011, unas 41.000. De este modo, la red quedaría configurada por un volumen de entre 25.000 y 30.000. En enero había unas 39.000 sucursales en España, por lo que la conclusión a la que llega el estudio del IEB es que habría que reducir unas 10 oficinas diarias durante los próximos tres años para racionalizar la red actual. La reducción desde máximos de 2007, con casi 46.000 oficinas, sería de más del 40%.

El IEB concluye que “no tiene ningún sentido” que España continúe siendo el primer país del mundo con más oficinas por habitante. “Tampoco es lógico que seamos el cuarto país con más oficinas, cuando ni siquiera estamos entre las diez primeras potencias mundiales”, añade.

El estudio del IEB subraya que el ajuste puede ser incluso mayor en función de la crisis económica y del mapa definitivo que surja de la reestructuración de la banca ahora en marcha. Y que en la actualidad el 30% de las oficinas genera el 70% del resultado global de las entidades, por lo que la reducción tiene también un sentido de optimización del negocio de la banca.

En este sentido, el IEB también alerta de que, en la reducción de la red, se debe tener en cuenta la tendencia, tan frecuente en España, al llamado “efecto péndulo”, cuando se abrieron oficinas se pusieron en marcha muchas más de las necesarias y ahora puede producirse el efecto contrario, que se cierren también más de las necesarias.

En cualquier caso, el IEB reconoce que es muy difícil dar una cifra fija de cuántas oficinas se cerrarán, y pone como ejemplo que en los últimos 12 meses hay entidades que ya han cerrado más del 15% de su red, mientras que otras apenas han llegado al 2%.

El estudio del IEB adelanta que la reforma financiera tendrá como resultado que haya tan sólo una decena de grandes entidades, “algo que no resulta descabellado si tenemos en cuenta que en España los siete mayores bancos tienen sólo una cuota de mercado del 40%”, cuando en Europa la media es del 70%. En el análisis realizado por el IEB se recuerda que el Santander llegó a tener una cuota de mercado superior al 20% cuando se fusionó con el Central-Hispano y que ahora apenas llega al 13%, lo que supone que, para llegar a tener de nuevo esa cuota tendría que adquirir un banco del tamaño del Popular (con un 7% de cuota).

Reducir, redefinir, redistribuir

La reestructuración de la red bancaria también implica, a juicio de los expertos del IEB, la redefinición de las oficinas, que deberán ser espacios más grandes, con más empleados, ofrecer más servicios (incluso ajenos a lo financiero) y servir sólo para gestiones que creen valor, redirigiendo los clientes a otros canales (cajero automático, Internet, centro de atención telefónica, entre otro) para las operaciones más habituales.

Esta importante reducción de oficinas tiene un efecto a su vez positivo para los clientes, pues se crearán oficinas más grandes, con mayor espacio dedicado al cliente, segmentadas por tipología (empresas, particulares, gestión de patrimonios, corporativ) y con más especialistas que puedan ayudar en las distintas necesidades (fiscales, asesoramiento financiero personalizado). El cierre de sucursales, y la consiguiente reducción de plantilla, permitirá a la banca ser más eficiente y mejorar sus costes de estructura.

¿Cómo será la oficina del futuro? El estudio habla de los “Reds de la red”: “Reducir la red actual; Redefinir la sucursal con nuevo diseño, tamaño y orientación hacia el cliente, y Redistribuir los canales de venta, dando mayor volumen de transacciones a los canales móvil e Internet y con una estrategia muy clara y definida hacia las redes sociales.

El IEB recomienda oficinas más grandes y con más empleados, sobre todo tras las fusiones de muchas de ellas. Recuerda que la media de empleados por oficina en España es de seis, mientras en países como Alemania es de 15 y en Inglaterra de casi 40. Es factible también que varias oficinas compartan un mismo director y que el puesto de caja tienda a desaparecer para convertirse más en un gestor de ventas.

También augura una ampliación de la sucursal que abra la puerta a la venta de productos no financieros en busca de sinergias.

El horario tradicional de apertura al público (8.30 a 15.00 horas) tendrá que tender a ampliarse hasta las 17.30 horas para dar servicio a aquellos clientes que trabajen por la mañana. Se ampliarán sobre todo los horarios comerciales y con agendas abiertas a los clientes. También abrirán algún día del fin de semana, como ya ocurre en oficinas situadas en centros comerciales, en concordancia con la tendencia a liberalizar los horarios de los comercios.

La actividad en la sucursal se enfocará básicamente a la venta y al asesoramiento de los clientes, dejando las transacciones sencillas para los canales alternativos.  Todos los clientes deberán tener un gestor comercial identificado. De este modo, las oficinas deberán estar segmentadas para dar un servicio más especializado. El abanico de productos a comercializar será más amplio y flexible, y se incluirán poco a poco productos no financieros complementarios.

Más canales alternativos

La tecnología va a jugar un papel muy importante tanto dentro como fuera de las sucursales. Por un lado, se potenciará las utilidades de los cajeros automáticos y, por otro, se dará mayor accesibilidad y mayores servicios a través de los canales alternativos: Internet, smartphones, entre otros. De momento, estos nuevos canales no han conseguido retirar clientes de la red de oficinas porque las transacciones que realizan son demasiado básicas (consulta de saldos, transferencias…).En el corto plazo, serán las propias entidades financieras quienes redirijan a los clientes hacia unos canales u otros según el tipo de transacción. De este modo, servicios sencillos de bajo valor añadido (consultas, transferencias) se realizarán vía canales tipo internet, smartphones, cajeros automáticos. Y los servicios de alto valor añadido (contratación de hipoteca, préstamos, fondos de pensiones) se realizarían en la oficina.

En medio, según pronostica el IEB, quedarían los call center o centros de atención telefónica, que se ocuparán de atender las consultas, la información sobre campañas, realizar encuestas de calidad, y de canalizar la venta de productos sencillos como tarjetas de crédito, seguros básicos, entre otros. Las redes sociales tendrán una elevada importancia como nuevo paradigma de comunicación entre los clientes y las entidades, aunque está aún en una fase muy inicial.

“El día en que los clientes comiencen a realizar operaciones complejas a través de los canales alternativos de forma masiva, estaremos entonces ante la verdadera y profunda reestructuración de la red de oficinas del siglo XXI”, concluye el estudio del Instituto de Estudios Bursátiles.