«Una alternativa de mayor enjundia sería la de aprobar una ley que obligase a las cajas a que, en un plazo razonable, dejasen de participar de forma significativa en entidades de crédito e invirtieran en lo que deseen -y quizá con mayor rendimiento- para seguir desarrollando su Obra Social”. Es una frase del discurso del gobernador del Banco de España en la apertura del XIX Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte y ABC. Pero no ha gustado nada entre los responsables de las cajas de ahorros.
Sólo uno de ellos se atrevió públicamente, tras la oportuna pregunta del moderador, Héctor Flórez, socio de Deloitte. Carlos Egea, presidente de CajaMurcia y de BMN, considera que “no se trata de vender la participación de la caja en el banco al que ha traspasado su negocio financiero, sino de que ésta se diluya si entra capital privado en el accionariado”. Egea aporta dos reflexiones más al respecto. Una, que el modelo de cajas de ahorros tiene “una gran vigencia comercial”. Y dos, que el mantenimiento de ese modelo de cajas debe ser “compatible con un buen gobierno corporativo”.
Sin entrar en esta polémica, porque su intervención fue anterior a la pregunta del socio de Deloitte, el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de CaixaBank, Juan María Nin, dejó muy claro que ‘la Caixa’ mantendrá el 61% del capital de la entidad tras la absorción de Banca Cívica (las cajas que formaban parte de ésta tendrán el 3,4%). También subrayó que esta fusión, además de ser “una operación privada” al no necesitar ayudas públicas, tiene un “valor social”, ya que permitirá un incremento de la Obra Social en los territorios de Caja Navarra, la sevillana CajaSol, Caja Burgos y Caja Canarias.
Xabier Iturbe, vicepresidente primero de KutxaBank, optó por soslayar esta cuestión, sin duda polémica, al tratarse de una propuesta del gobernador del Banco de España, y prefirió hablar de que las participaciones industriales de las cajas están en peligro, por las penalizaciones que aplica Basilea III. “Existe el riesgo de dejar de tener un tejido industrial propio en este país, y el riesgo de que éste caiga en manos de inversores extranjeros”, argumenta.
En este sentido, Nin destaca que ‘la Caixa’ es el primer inversor institucional español en las empresas y que el grupo quiere mantener una cartera de participaciones “distintiva”.
Las cajas mantienen cuota
José María Méndez, director general de la Ceca, tampoco entra en la polémica, pero recuerda que «el ajuste de las cajas se ha hecho sin perder cuota de mercado ni en depósitos ni en créditos«, lo que demuestra la fidelidad del cliente hacia el modelo de las entidades de ahorro. «Tenemos las mismas cuotas de mercado que antes de la crisis«, argumenta.
Méndez cree que la crisis ha mostrado la validez del modelo de cajas, pese al recurso a bancos instrumentales, y explica ésta en tres factores: el eje en el negocio minorista, la vinculación al territorio y la orientación social, que «no es sólo la Obra Social, sino también la responsabilidad social corporativa».
No parece, por tanto, que la propuesta del gobernador del Banco de España sobre una ley que obligue a las cajas de ahorros a reducir su presencia en sus bancos instrumentales, los que han recibido el negocio financiero de estas entidades, para financiar así la Obra Social, haya sido recibida precisamente con entusiasmo por el sector.
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