Recién alunizado en este raro satélite llamado España donde un obispo sale en la tele hablando de tenebrosos “clubes de hombres nocturnos” y hay niños que se disparan en el pie y el ministro del Interior quiere meter en la cárcel a los sediciosos infiltrados en twitter y en un pueblo de Almería proscriben el nombre de un poeta del 27 por comunista, la añoranza por un Buenos Aires de polucionado caos y tormentas huracanadas se agranda. Buenos Aires son sus fastuosas librerías: Clásica y Moderna, Ateneo, Eterna Cadencia. Y sus libros, signo de esa voracidad lectora que distingue a los porteños, exhibición bellísima de tanto papel impreso en cada esquina de la ciudad.
Por allá he descubierto a un excéntrico (ya fallecido) capaz de escribir locuras tan certeras como esta: “no leía jamás pero sus subrayados eran perfectos”. Poeta y prosista de alto voltaje, Osvaldo Lamborghini es autor a disfrutar, se lo aseguro. Novelas y cuentos editados por César Aira son dos volúmenes que ocupan espacio en esas librerías de Dios junto al Río de la Plata.
Por allá se habla de la inminente salida al mercado de la última obra del incombustible Eduardo Galeano, Los hijos de los días, nuevo capítulo de un discrepante perpetuo, conciencia lúcida de América Latina y del mundo entero. Lúcido y original como para acordarse de la única invasión sufrida por Estados Unidos: la de Pancho Villa en 1916, cuando incursionó en la población de Columbus para robar algunos caballos.
Por allá César Aira concita la adoración de los libreros y publica incesantemente. Lo último (o lo penúltimo), El mármol.
Por allá la política es un veneno que fascina y se amontonan novedades sobre esa fábula que no perece y que tiene diferentes formas y colores: el peronismo. La Cámpora de Laura Di Marco se coloca en el pedestal de los más vendidos tratando de descifrar qué es ese movimiento juvenil en el que se apoya Cristina Fernández de Kirchner y que a tantos ha atraído al activismo. Aunque si usted desconoce qué es y cómo se maneja el legado de Perón mejor acuda al fascinante fanzine Viernes peronistas, editado en España y toda una magistral revisión pop de una época que (así es) regresa siempre, como en un eterno retorno escrito en humo por Tomas Eloy Martínez.
Por allá brilla la primera e inquietante frase de un relato: “Me salió un diente de más”. La firma Julián Troksberg en su volumen de cuentos La ruta hacia acá.
Por allá abunda cierta literatura suburbial que retrata el paisaje de las villas, donde se baila la cumbia de la desesperanza y suenan las balas en un chachachá sin fin. La Virgen Cabeza de Gabriela Cabezón Cámara es buena muestra de ello: el amor entre un travesti y una cronista de sucesos, realismo sucio de nuevo cuño.
Por allá me he agenciado una colección de estampas bonaerenses: Buenos Aires. La ciudad como un plano. Callejero literario dibujado por Marcelo Cohen, Alan Pauls, Gabriela Speranza y otros autores de ahora mismo. Déjenme que les ceda otra iluminadora sentencia hallada en este libro: “Quien ha cometido el error de irse no puede cometer el error de volver”.
Pero yo he vuelto. Qué se le va a hacer. También regresaré a Buenos Aires. Y volveré a sus librerías, paisaje interior de una ciudad eléctrica que amo tanto (o casi) como Madrid.
Novelas y cuentos. Osvaldo Lamborghini. Mondadori.
El mármol. César Aira. La Bestia Equilátera.
La cámpora. Laura Di Marco. Editorial Sudamericana.
La Virgen Cabeza. Gabriela Cabezón Cámara. Eterna Cadencia.
Buenos Aires. La ciudad como un plano. Varios autores. La Bestia Equilátera.
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