La Generalitat aseguró que sólo ahora se ha enterado que la extensión del AVE hasta la frontera francesa se retrasará más de un año y acusó al Gobierno central de ocultarles información. Fue el miércoles cuando el director general de transportes de la Generalitat, Ricard Font se reunió con la ministra de Fomento Ana Pastor quien le comunicó este nuevo retraso, dado que inicialmente la obra se tenía que acabar el pasado 2009.

Esta información la hizo pública el secretario de Territorio de la Generalitat Damià Calvet, en una conferencia en Girona explicó que habían dos obras menores que aún no se habían licitado, concretamente la colocación de la vía en el tramo Sagrera-Mollet y el equipamiento de la estación de Girona. Por ello afirmó que «la fecha que nos dan para la entrada en funcionamiento de este tramo es aproximada, porque estas obras aún se han de licitar, adjudicar, realizar y probar».

Acto seguido Font reconoció que «estamos un poco escamados respecto a los plazos que nos da Fomento, y también molestos porque se nos ocultó una realidad como que una parte de las obras no estaban ni licitadas» y dijo no entender esta situación cuando son dos proyectos menores de unas obras sencillas y relativamente baratas (33 millones) en comparación con los 900 millones que Fomento licitó el pasado año para llevar el AVE a Galicia.

La conexión del AVE Madrid-Barcelona ya experimentó un notable retraso. Cuando se inauguró el AVE Madrid-Sevilla en el 92 el gobierno socialista aseguró que la segunda línea del tren de alta velocidad sería la que conectaría la capital de España con Barcelona. Sin embargo casi todas las capitales de provincia estaban conectadas con Madrid, y Barcelona tuvo que esperar hasta el año 2008.

Temores por el corredor mediterráneo

En este contexto en la Generalitat también se recela de la seriedad del apoyo del Gobierno a la construcción del corredor mediterráneo y, sobre todo, de las dotaciones económicas que permitan realizar esta obra estratégica para el desarrollo económico de toda el área. Los guiños que desde Madrid se hacen en defensa del corredor central hacen sospechar que las declaraciones de «proyecto estratégico» de esta obra que pronuncian dirigentes del Gobierno tengan poca credibilidad e incluso algunos dirigentes del partido del Govern temen que la construcción de los corredores mediterráneo y cantábrico no sólo acabarían con red radial centralizada sino que también la capital de España podría perder peso económico a favor de estas dos áreas periféricas.

En este sentido cabe recordar que la actual conexión ferroviaria de Barcelona con Valencia aún hay tramos que son de vía única y que la autopista del Mediterráneo (de peaje), que es la de mayor circulación de vehículos, fue una obra financiada por la iniciativa privada.