Como era de esperar, el Nasdaq salió disparado. Tras conocerse los resultados estratosféricos de Apple, quedaba claro que el gigante de la manzana terminaría su recorte y arrastraría a las tecnológicas en su arranque. Por una vez se cumplió y el Nasdaq ha sido el protagonista de la jornada, aunque a la Fed hay que darle también su ración de protagonismo.

La Reserva Federal comunicó a media tarde las conclusiones de su reunión y dijo algo de lo que el mercado estaba esperando: los tipos seguirán en los actuales niveles hasta el año 2014 porque la Fed considera que el crecimiento económico va a continuar siendo muy moderado. Adicionalmente, despejó las dudas acerca del efecto de la reciente subida de la gasolina sobre la inflación, al subrayar que «será transitorio».

En estas circunstancias, cabe decir que al Nasdaq corresponde el honor de haber catapultado al mercado en la apertura y a la Fed la de haber puesto su granito de arena justo cuando las fuerzas empezaron a flaquear.

Los resultados fueron los que cabía esperar, con un Dow Jones más retrasado porque en él no pondera Apple y un S&P 500 que terminó en máximos del día, lo que siempre es buena cosa. El arranque es prometedor, pero me falta el volumen. Es un invitado que debe acudir a la fiesta para poner la guinda, aunque en los últimos tiempos el volumen es un valor a la baja en los análisis.

Pero hay que andarse con ojo, que hace nada estábamos literalmente a las puertas del desastre y no es descartable que tengamos algún que otro episodio de incertidumbre. Europa no está para lanzar cohetes y China sigue en el centro de las preocupaciones de muchos. Y Bernanke solo no puede con todo. Afortunadamente, la mayoría de los resultados empresariales son del agrado del mercado y eso está apoyando esta incipiente recuperación.

Al cierre, el Dow Jones avanzó un 0,69%, el S&P 500 un 1,36% y el Nasdaq Composite un 2,30%.