“También la verdad se inventa”, de Fernando Delgado

27/04/2012

diarioabierto.es.

Fernando Delgado ha escrito una novela que se puedes leer y también escuchar. Es una novela polifónica, polisémica, políglota, consciente de su propio reto que amplifica la capacidad del escritor, que le da proyección sobre su propia piel biográfica y también certidumbre de sólidos fundamentos narrativos. Porque en También la verdad se inventa, la última novela de Fernando Delgado, la protagonista es una locutora de uno de esos programas nocturnos de confesiones íntimas dichas de madrugada, con esa voz que imposta una complicidad sobrevenida, pero también falsa, entre la locutora y el oyente que descuelga el teléfono para contar su vida, o una versión nueva de su vida.

¿Qué vida es la real? ¿La que vivimos, o la que soñamos haber sido? Todos los personajes de También la verdad se inventa –la mayoría, los oyentes que llaman al programa, que se van definiendo por su modo de hablar, su manera de articular las frases, sus ocurrencias y sus inteligencias, sus sentidos del humor, de manera que el lector se va quedando con sus personalidades no tanto en la retina como en el oído, que se va activando lentamente como una nueva forma de leer-, cuando llaman al programa, hacen verdad el famoso verso de Rimbaud: “Yo es otro”. Porque queremos ser otros o quizá lo somos verdaderamente, y el yo visible es una máscara de su autenticidad. Así, entre llamada y llamada, le van contando a la locutora, y también a una audiencia que se va disparando gracias a un personaje entre disparatado y aguerrido, brillante y carismático, llamado Alma -que no se sabe bien si es una mujer con voz de hombre o un hombre haciéndose pasar por una voz de mujer- la galería de personajes se va abriendo, se va configurando, hasta llegar a un punto en que ya no tenemos la impresión de estar leyendo, sino de estar escuchando la radio a las cuatro de la madrugada, cuando llama un camionero en medio de la ruta y cuenta la violación de su hija por un equilibrista.

El programa se llama “Suya es la palabra”: del oyente, y también del lector, porque esta nueva obra de Fernando Delgado es una novela que se escucha. Hay además en todos los personajes, incluida la locutora –que también tendrá que lidiar con su propio rostro en el espejo, aceptarse a sí misma y a todas sus versiones anteriores, las que se han ido quedando en un pasado probable- un desencanto colectivo generacional, no únicamente político y emocional, sino ético. Es cierto que el programa radiofónico no sólo es el espacio sonoro en el que se desenvuelve la novela, sino también el gran protagonista: con su propia banda sonora –Leonard Cohen, Serrat, Martirio, Ana Belén y hasta la canción del día de los enamorados- y sus cuñas publicitarias, va abriendo los velos necesarios para que los oyentes descubran su propia alteridad. Realmente, ¿quiénes somos? Es la eterna pregunta que esta novela prueba a responder: así, si nos aceptamos con nuestra contradicción, podremos encontrar el mejor reverso de nosotros.

El riesgo principal de También la verdad se inventa, que coge el título de un verso de Antonio Machado, como de toda propuesta novelística contemporánea, es la verosimilitud: si la novela transcurre en un programa de radio, tendremos que sentir que lo oímos, y descubrir también que lo escuchamos. Es lo que sucede, gracias a un magnífico tono de coherencia verbal dialogal. Es una novela levantada con la mejor sustancia de las conversaciones radiofónicas.

¿Te ha parecido interesante?

(+6 puntos, 6 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.