La terminal petrolera es la inversión rusa más destacada en Barcelona y le seguirá este verano la entrada en servicio de Tercat, controlada por la china Hutchinson, líder en el transporte marítimo mundial adjudicataria de la mayor terminal de contenedores. La inversión de Lukoil, compañía que estuvo interesada en adquirir la participación de Sacyrs en Repsol, se ha realizado a través de una joint venture con la catalana Meroil a través de Litasco, la participada europea de la petrolera rusa.

Meroil Tank es el resultado de esta joint venture ruso-catalana y sus tanques tienen una capacidad de almacenamiento de 360.000 metros cúbicos que están conectados con la red de oleoductos de CLH, además de contar con ocho puntos de carga con una capacidad de 400 camiones cisterna al día.

Litasco usará la nueva terminal para exportar y distribuir gasóleo, jet para la aviación y el biodiesel en España. Con estas instalaciones, el Muelle de la Energía del puerto barcelonés se sitúa como la mayor plataforma logística petrolífera del Mediterráneo para transbordos de productos con una capacidad de un millón de metros cúbicos.

El desembarco de Lukoil en nuestro país ha sido posible porque el puerto de Barcelona ha construido el atraque para productos petrolíferos de más calado del Mediterráneo, preparado para recibir los buques tanque de mayores dimensiones del mundo, con 275 metros de eslora, 16 de calado y nada menos que 175.000 toneladas de peso. De esta forma, Lukoil puede fletar crudo desde los océanos Índico directamente a Barcelona.

En su discurso inaugural, el presidente de Lukoil, el Sr. Alekperov ha declarado, entre otras cosas, que “con la nueva capacidad generada por la terminal de Meroil Tank en el puerto de Barcelona se producirá un efecto sinérgico visible con respecto a los activos europeos de la petrolera Lukoil, dedicada al refino, suministro y comercialización de productos derivados del petróleo, y reforzará aún más la infraestructura del Grupo en la región del Mediterráneo”.

Por su parte, el presidente de Meroil, José Luis Porté, ha dicho que “la alianza entre Lukoil y Meroil en este proyecto de Barcelona podría ser el inicio de nuevas e interesantes oportunidades para ambas compañías en el futuro.” El máximo ejecutivo de Litasco, Sergey Chaplygin, añadió que “la capacidad de almacenamiento de la nueva terminal encaja perfectamente con la estrategia de su grupo de desarrollar sus actividades comerciales a nivel mundial, e incrementar su presencia en los mercados clave de petróleo”.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha dicho en su parlamento inaugural que Lukoil ha realizado esta inversión por “la existencia de una empresa como Meroil, un puerto como el barcelonés, una capital como Barcelona y un país como Cataluña», emplazamientos que ha destacado por ser “muy atractivos por su situación geográfica”. Mas también ha recordado que el puerto de Barcelona aspira a ser la gran puerta de entrada para el tráfico entre Asia y Europa.

Artur Mas también ha aprovechado la ocasión para reivindicar más inversiones públicas del Estado en el puerto para dotar a esta instalación logística de primera magnitud de  los accesos ferroviarios de ancho de vía internacional para dar salida a las mercancías de la futura terminal de Tercat gestionada por los chinos de Hutchinson. En este sentido, el presidente catalán ha subrayado que en estos momentos el 70% del tráfico marítimo entre Asia y Europa se canaliza a través de los puertos del norte del continente europeo, cuando este tráfico debería ser captado por los puertos mediterráneos, pero por el momento no están suficientemente conectados para que sean atractivos logísticamente. En este sentido, Mas ha subrayado que «cuando pedimos esta conexión no lo hacemos por capricho, sino por una necesidad estricta».

“Hub” petrolero

El máximo ejecutivo de Lukoil ha señalado que la nueva terminal convierte al puerto de Barcelona en un «hub” de productos petrolíferos en el Mediterráneo. Por su parte, el presidente de la autoridad portuaria barcelonesa, Sixte Cambra, ha recordado que el el puerto de Barcelona se encuentra inmerso en un ambicioso plan de crecimiento y que en estos momentos está en marcha una inversión comprometida público-privada de mil millones de euros.