Barcelona es una ciudad policialmente sitiada. Desde los Juegos Olímpicos que se celebraron ahora hace veinte años no se recuerda tamaño despliegue policial. Un total de 7.000 agentes entre mossos, policías nacionales y guardias civiles, de los que 2.300 son especialistas antidisturbios, han blindado la capital catalana ante la cumbre de los bancos centrales europeos que se celebrará en Barcelona del 2 al 4 de mayo. Para dar una idea de la magnitud del despliegue, sólo el dispositivo antidisturbios multiplica por seis el que desplegó los Mossos el pasado 15 de junio, cuando los indignados convocaron un cerco al Parlamento catalán. Los 400 agentes antidisturbios de la policía autonómica han sido reforzados por 1.200 antidisturbios del Cuerpo Nacional de Policía y 700 más de la Guardia Civil.

Pero las medidas de excepción desplegadas arrancaron al comienzo del puente de primero de mayo con el despliegue de 400 policías y guardias civiles en la frontera con Francia para volver a establecer controles a la libre circulación que garantiza el tratado de Schenguen, ahora en suspenso hasta el día 4 de mayo, cuando finalice la cumbre del BCE en Barcelona. El objetivo de esta medida excepcional, que también se ha implantado en el aeropuerto de El Prat, es evitar que miembros violentos de los movimientos antisistema de toda Europa se desplacen a la capital catalana para boicotear una cumbre a la que asistirá el presidente del BCE, Mario Draghi, así como los gobernadores de los bancos centrales de los 17 países de la zona euro.

El Ministerio del Interior ha señalado que «el objetivo de ese despliegue es blindar la ciudad», tras la experiencia de los violentos disturbios ocurridos en Barcelona durante la jornada de la huelga general del pasado 29 de marzo. El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha declarado estos días con contundencia que «Barcelona no puede ser la capital antisistema de Europa». Fernández Díaz ha revelado que su departamento tiene constancia de que en los disturbios ocurridos durante la pasada huelga general participaron grupos de antisistema llegados de otros países.