Repsol centrará su plan estratégico en Brasil, Norteamérica y en lograr el apoyo del mercado

04/05/2012

Tania Juanes. En Repsol se imponen las inversiones en petróleo y gas para mejorar reservas, pero en las áreas más seguras. Con el plan estratégico, la dirección quiere lanzar un mensaje de confianza y de futuro al mercado.

Contra reloj y con exhaustivas reuniones, el equipo directivo de Repsol ultima su plan estratégico para los cuatro próximos años que presentará el próximo 29 de mayo, 48 horas antes de la celebración de la junta de accionistas. Si un programa de estas características siempre requiere retoques hasta casi el último momento, es más necesario en este caso cuando los activos y el perímetro del grupo se han modificado sustancial e involuntariamente tras la expropiación de YPF por el Gobierno argentino, filial que representaba para el grupo alrededor del 50% de las reservas de hidrocarburos.  No obstante, la dirección no se dejará llevar por la tentación de retrasar el plan para dejar claro que Repsol tiene perspectivas y objetivos ambiciosos sin Argentina.
En este contexto, no es que cambien tanto las prioridades -mejorar la cartera de activos de gas y petróleo ya figuraba en el plan 2008/20012-, lo que pasa ahora es que se agudiza la necesidad en esa actividad para que el deterioro por la salida de YPF se palíe a medio plazo con el desarrollo de otros campos y proyectos. El estallido de la crisis en Argentina, que superó las previsiones que la dirección de la petrolera tenía hasta pocas semanas antes de la nacionalización, hace además que las inversiones en upstream (exploración y producción) se centren en las zonas con mayor seguridad jurídica, como son los países de la OCDE. Es una estrategia que antes se seguía, y que ahora se refuerza. En esta línea, Norteamérica (Alaska, Canadá  y el Golfo de México) son áreas prioritarias.
Pero las inversiones se dirigen también hacia los países de  América Latina, tanto del centro como del sur del continente. Brasil, con hallazgos históricos en los dos últimos años, forma parte del núcleo central del nuevo plan. Un ejemplo: la Cuenca de Campos parece confirmar la existencia de unas significativas reservas de hidrocarburos, similares a las existentes en la Cuenca de Santos. Repsol, junto con la china Sinopec, opera con un 35% en el consorcio formado con Statoil (35%) y Petrobras (30%). Colombia, Bolivia, Cuba y Perú forman también parte de los objetivos, así como, ya fuera de esa zona geográfica, lo son Rusia, antiguas repúblicas soviéticas del Cáucaso y el Norte de África. Lo son, asimismo, los proyectos gasistas de Trinidad-Tobago.

Pese a las incógnitas que todavía pesan sobre el plan, medios consultados estiman que el montante de la inversión podría ser inferior a los 32.800 millones del programa anterior. Porque lo que parece más probable es que Repsol presente sus objetivos ante inversores y analistas cuando todavía esté lejos de resolverse el contencioso con Argentina. Es decir, si Repsol recibirá los 10.500 millones de dólares que reclama por su 57,4% de participación en YPF, y cómo y cuándo se resolverán las fuertes diferencias existentes con el Ejecutivo de Buenos Aires. Es igualmente previsible que se adelanten provisiones por YPF en este primer semestre.
Exploración y producción serán en conjunto las actividades que absorban el porcentaje más elevado de las inversiones totales, por encima del plan anterior, ya que las que se dirigieron en años anteriores a la mejora y ampliación de las refinerías y de otros activos de dowstream prácticamente han cumplido sus metas con la reciente inauguración de las nuevas instalaciones de Cartagena.
Pero otra pata fundamental de este plan, tanto a corto como a largo plazo, es recuperar la confianza de los inversores tras las fuertes caídas en Bolsa, que han hecho de Repsol una empresa atractiva pese a las incertidumbres, y de las agencias de rating. Standard & Poor’s rebajó la calificación crediticia a largo plazo de Repsol desde BBB a BBB-, con perspectiva negativa, y la calificación crediticia a corto plazo desde A-2 a A-3, después de la expropiación de YPF. Otras agencias revisan también sus notas.

Y aunque la participación del 30% en Gas Natural es una carta con la que Repsol puede jugar, no es previsible que adelante sus intenciones. Lógicamente, como se señala en medios del mercado, nadie anuncia una desinversión, ni total ni parcial, si se trata de una empresa cotizada, ya que puede arrastrar a la baja las acciones. Es un tema que se negocia con la Caixa, el primer accionista de la gasista, pero en el que la todavía inconclusa reordenación de las cajas puede ser determinante.

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