Cristina Fernández continúa su guerra particular, aplicando ahora fuertes restricciones comerciales a la importación, que afectan a productos de todos los sectores, desde los repuestos de vehículos, al calzado o las medicinas. Y también a la carne de cerdo, lo que afecta de lleno a las exportaciones españolas e italiana de jamones.
Los jamones se venden en Argentina en tiendas de gourmet y restaurantes exclusivos y como muchos otros productos figuran en la lista negra de los productos que no pueden entrar en el país, según ha elaborado la secretaría de Comercio argentina de la que se hace econo el diario La Nación.
El jamon serrano se vende en Buenos Aires a unos 7 euros los 100 gramos (70 euros el kilo), y en 2011 desde España se exportaron 274 toneladas por valor de 1,7 millones de euros y otras 241 toneladas de jamones italianos.
Se trata de una nueva medida con la que la presidenta Argentina parece estar lanzando piedras contra su propio tejado. Primero la expropiación de YPF, este martes una elevada sanción a Telefónica con un fallo en su red de telefonía del que ya había compensado a sus más de 16 millones de clienets y ahora la restricción a la entrada de productos extranjeros, aunque no solo españoles. Su pulso puede acabar con unos efectos muy negativos sobre su economía, ya que los inversores extranjeros se van a pensar muy mucho si dejan su dinero a Argentina o se van a otro país que muestra garantías jurídicas más creíbles.
Pero también muchas empresas españolas se van a pensar si traer productos argentinos, ya que con esta restricción el Ejecutivo argentino pretende proteger su producción interna e impulsar el consumo de productos nacionales. ¿Será la antesala a su aislamiento?.
La medida no ha gustado tampoco a sus socios de Mercosur (Brasil, Uruguay y Paraguay) ni entre sus socios comerciales.
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