Hasta ahora Vicky Martín Berrocal, se la había comparado más con Mónica Bellucci que con Victoria Beckham, desde hoy se mide con ambas. “Qué alegría que me comparen con Bellucci que no es cualquier cosa. Es un piropazo. Y con Victoria un lujo”. Su firma Vicky Martín Berrocal, que está a punto de cumplir una década, da de comer a 16 personas, las que tiene contratadas. Aunque estudió marqueting, diseña ocho colecciones al año; flamenca, novias, fiesta y cóctel. Su hija Alba de 12 años “para trece” es la primera en ver sus diseños. Ahora abre espacio en El Corte Inglés “hay que ver la cantidad de veces que he venido al Corte Inglés de Serrano a comprar y he dicho pero qué bueno tó. Y ahora tengo mis trajes aquí. Hay que estudiarlo  con los responsables porque yo quiero atender a mis clientas y cogerles un bajo, siempre lo he hecho y si no le queda bien, también le voy a decir que se lo quite que no lo compre”.

-¿Cómo ha pasado el día de huelga?

Trabajando en Sevilla. A las siete y media de la mañana nos pusimos a producir el catálogo de novia y madrina.

-¿Le ha venido a ver Dios con El Corte Inglés?

Es un paso importantísimo en mi carrera. Es como cuando exhibieron mi ropa,  en los escaparates de Harrod’s de Londres. Me buscaron y allí estuve dos temporadas. Con El Corte Inglés ha pasado algo parecido. Han seguido mi trayectoria y me han ofrecido vender una colección cápsula, cuatro trajes de cóctel y cuatro de noche y en septiembre venderemos los bolsos. Poco a poco, las prisas no son buenas.

-¿Usando una 42, piensa en la talla XXL?

El patronaje está hecho para una mujer de 38, pensando en que a las de 42 y 44 le siente mucho mejor. Con esas tallas se puede estar bella porque tengo un hecho un estudio  muy completo de mi cuerpo, que es talla 42. Me tengo muy estudiada. Pienso en mujeres reales con curvas, que son las que veo por la calle y las que yo tengo. No puedo ponerme un short aunque se lleve porque no puedo.

-¿Quién es el culpable de esta actividad suya?

La culpable ha sido mi madre, ella me enseñó a amar la moda desmesuradamente. Ella fue modelo y tuvo tiendas de moda. Me he criado entre modistas, muestrarios, comerciales, pruebas y alfileres.

-¿Es una intrusa para los diseñadores de Cibeles?

Yo estoy aquí, me he colado, no sé si me han recibido. Les admiro a todos y tengo muy buena relación con ellos. No he pedido nunca nada y no me han dado nunca nada. Poco a poco y con un equipo he conseguido llegar aquí. Me gustaría desfilar en la MBFWM porque confío en lo que hago y en que tiene un sello propio del Sur con un toque de mujer italiana con fuerza.

-¿Ser famosa y las famosas ayudan a vender su marca?

Es importante y tengo amigas que les gusta lo que hago. Laura Sánchez siempre me ayudó. Amaia Salamanca nunca vistió de mí pero la tengo que vestir. Eugenia Martínez de Irujo se ha vestido de flamenca. Todo lo que he conseguido ha sido por mi esfuerzo y mi equipo. Ellas, digamos que le dan más visibilidad a lo que hago.

-¿Quién encaja en su estilo?

Paz Vega y Penélope Cruz, ambas son rotundas y espero llegar a vestirlas. Hace dos años diseñé un traje inspirado en Penélope porque me la imaginaba en la alfombra roja. Espero hacerle algo tan español y tan nuestro que lo luzca en Los Ángeles.

-¿Renunciaría a vestir a Belén Esteban para que no le estropease la marca?

-No, porque hago la moda para todo el mundo no diseño sólo para mis debilidades. Hay mujeres que me gustan más que otras, como es lógico pero hago ropa para todas

– ¿Esto es un negocio?

Yo tengo un punto de vista más romántico y soy poco empresaria pero ya me encargo de tener un equipo que me pone las pilas, aunque les cuesta. Me guío del corazón y así soy yo. A ver quién me cambia ahora…

-¿En su hija tiene una seguidora?

– Eso espero. Le gusta. Vemos muchas páginas juntas, ella recorta y me da consejos. Se involucra. Es a la única que le enseño mis colecciones y está muy orgullosa de lo que hago. Espero que algún día pueda diseñar conmigo y forme parte de este sueño.

-¿Su marca le condiciona. Tiene que cuidar lo que hace y con quién lo hace?

Mi vida en general la he cuidado mucho sin dejar de hacer lo que he querido. Soy muy libre. Vivimos una vida y no quiero limitarme. Las mujeres buenas van al cielo y las malas a todas partes y ahí es donde quiero ir. No me refiero al mal camino sino hacer lo que me apetezca y no quiero dejar de sentir y vivir. Eso lleva a equivocarte y seguro que he tenido muchas equivocaciones en mi vida pero son parte de la deuda que tengo que pagar por vivir tan plenamente. Yo no pienso, yo hago. Tiro pa´ adelante.

-¿Rosa María Calaf se ha pasado con Sara Carbonero?

Qué tiene que ver, creo que si eres profesional, independientemente de lo bella que sea, tiene su lugar. Que es guapa? un plus. Que es estilosa? un plus y eso es divino. Siempre me paro cuando me piropea una mujer, cuando lo hace un hombre me da igual, pero cuando ella se para y te suelta una serie de piropos, eso tiene mucho más mérito. No me gusta que una mujer machaque a otra por ser guapa.

-La veo produciendo en China.

No, jamás. Ahora tengo un proyecto con una señora importantísima china que quiere llevar lo mío a su país. No quiere nada de allí, sino algo español, bueno, de costura y estamos en negociaciones. Quiere venderme en China.

-¿Y para la jequesa?

Que impresionante mujer. Qué belleza. Qué estilo. Qué poderío. Le haría lo más grande.

Antes  de despedirnos, le cuento a Vicky que en noviembre del año pasado, Christina Oiticica, la mujer de Paulo Coelho me invitó a su 60 cumpleaños en El Ritz de Madrid. Llevaba un traje cuajado de pailletes plata con mangas murciélago y que al preguntarle por el diseñador me dijo que era de Vicky.  “Sí es verdad, me acuerdo perfectamente, ella lo había visto en una revista. Nos envió el recorte y las medidas desde Brasil y se lo hicimos en Sevilla”.