“Si el Gobierno central pagara los 750 millones de deuda que el Gobierno central tiene del año pasado sólo en infraestructuras, la mitad de los recortes de este plan no se tendrían que hacer” aseguró Artur Mas en la larga exposición que realizó tras aprobar el Consejo de Gobierno el tercer recorte del presupuesto en dos años, y que esta vez el tijeretazo representa 1.500 millones. Recriminó a la Unión Europea que tenga una “obsesión enfermiza” por la reducción del déficit cuando media Europa está en recesión, la austeridad puede dejar de ser una virtud para convertirse en mayores problemas.

Por otra parte acusó al Gobierno central de ”centrifugar “ las responsabilidades de la crisis a las autonomías, mientras ellos se quedan con prácticamente todos los recursos que generan los nuevos impuestos, mientras dictan normas que afectan a los gastos autonómicos (en temas como la dependencia, transportes, guardería, por ejemplo) sin dotarlos económicamente. También les acusó de que mientras Cataluña ha frenado drásticamente sus obras en infraestructuras Madrid ni rebaja el sueldo de sus funcionarios ni ralentiza la ejecución de grandes infraestructuras como determinadas líneas del AVE “y en cambio los dirigentes del Gobierno se dedican a reñir a las autonomías, que dejen de dar lecciones y que hagan el trabajo que les toca”.

Con la filosofía que “Cataluña hace tiempo que hace los deberes” y, pese a pagar mil millones anuales de intereses, ha reducido considerablemente el déficit pese a la situación de la recesión económica y el descenso de los ingresos, los incumplimientos económicos del Gobierno central con Catalunya y el tener prácticamente cerrado el acceso a los mercados financieros internacionales. Y en este marco “ahora nos encontramos con una situación nueva en la que nos imponen la obligación de un nuevo plan de ajuste.

Medidas de ajuste

Tras estos planteamientos Artur Mas recitó el plan de ajuste basado en seis apartados (advirtiendo que “de aquí a fin de año nadie sabe lo que pasará”) en la que aseguró que ha tenido la especial sensibilidad para que no se traspasaran las líneas rojas del estado de bienestar, aunque estas medidas molesten a muchos sectores». El plan -del que se limitó a enumerarlo y no estró en el detalle de los números- consolida la reducción de los complementos de los funcionarios públicos del orden del 5%, medida que ya había sido anunciada hace meses. Esta medida también se aplicará a las compensaciones que reciben de la Generalitat algunos funcionarios del Estado.

Aprovechó este punto para rendir un homenaje al esfuerzo y comprensión de la mayoría de funcionarios públicos por los sacrificios que está realizando y evita que se crucen líneas rojas en el recorte del estado del bienestar.

El segundo punto es la reducción de las transferencias económicas que reciben de la Generalitat sus empresas públicas, invitándoles asimismo a ajustar sus infraestructuras dado que con los recortes también tienen un menor trabajo. También acordaron la reducción no lineal de las subvenciones que dan determinados departamentos  que aún no se habían convocado mientras ralentizan o reprograman algunas de las que ya están en marcha. Por otra parte acelerarán la venta de una parte del patrimonio público, que ya se intentó el pasado año con poco éxito, mientras plantean privatizar algunos servicios públicos, citando concretamente el tema del ciclo del agua  de las autopistas.

Más escéptico se mostró el presidente con el resultado que el Gobierno ha acordado con los recortes en sanidad, educación y universidades que se suman a los tijeretazos catalanes “y que dicen que esto reducirá el déficit”.

Todas estas medidas las complementan con el encargo que el Govern ha hecho al consejero de Economía para “que presente un estudio de cómo se puede optimizar los ingresos que tiene la Generalitat».

En cambio en este paquete de medidas no incluyó la recuperación del impuesto de transmisiones ampliamente reivindicado por la oposición.

Concluyó su intervención pidiendo que el país se agrupe en sus esfuerzos para superar esta situación, porque “nadie nos ayudara, el trabajo lo tenemos que hacer nosotros y si lo hacemos superaremos la situación, quizás pasándolo mal, pero lo superaremos” y añadió que si Cataluña logra el pacto fiscal, “buena parte de estos problemas quedarían resueltos, por que Cataluña genera los recursos suficientes para no estar en esta situación”. En este apartado anunció la convocatoria antes de final de mes una cumbre para abordar como tratar este tema, tanto en el Parlament como en la negociación con Madrid.