La Fundación Mapfre califica con «notable alto» la seguridad en los colegios

16/05/2012

Miguel Ángel Valero. En el 17,6% de las instituciones de enseñanza obligatoria se registran casos de violencia física; en el 50%, de consumo de drogas, tabaco y alcohol, y en el 60%, de acoso psicológico.

El 20% de los centros escolares reconoce no tener suscrito un seguro, como una póliza de Responsabilidad Civil para el profesorado o una que cubra los desplazamientos en las actividades extraescolares. “Pero este estudio no se ha hecho para que Mapfre venda más seguros”, precisa Antonio Guzmán, director general del Instituto de Prevención, Salud y Medio Ambiente de la Fundación Mapfre. Esta institución ha encargado a la Universidad Autónoma de Barcelona que hiciera, en colaboración con las de Santiago de Compostela, Sevilla y Alcalá de Henares, un estudio sobre “La seguridad integral en los centros de enseñanza obligatoria en España”, a partir del análisis de 300 de ellos. El estudio se enmarca dentro del programa educativo CuidadoSOS, en el que han participado ya 75.000 alumnos y que busca fomentar la prevención de accidentes en la infancia, tanto en el ámbito doméstico como en el escolar.

Además de la carencia de seguros, se ha detectado que no se realizan las actuaciones preventivas rutinarias, sobre todo en extintores e instalaciones de agua, entre otros motivos porque no cuentan con personal que pueda encargarse de éstas. “La documentación que se genera fruto de la instalación, mantenimiento y revisión de las instalaciones y del edificio no es controlada por algunos centros, ya que no disponen de los correspondientes libros de mantenimiento”, señala el estudio. Es una situación frecuente en centros públicos, porque del edificio y las instalaciones se hacer cargo el Ayuntamiento o la Consejería de Educación. Un 10% de los centros no realizan simulacros anuales, y el 25% no los hace durante el primer trimestre de cada curso.

El 16% de los centros reconoce tener deficiencias en materia de accesibilidad, por la existencia de barreras físicas (muchos tramos de escaleras, insuficiencia de rampas, inexistencia de ascensores). Los servicios de transporte escolar cumplen con lo indicado en la normativa, pero se detectan deficiencias en medidas preventivas, como acompañantes del alumnado y señalización y protección de la zona de llegada y salida de los vehículos, en el 50% de los centros. El 25% tiene circulación en el interior del recinto escolar, lo que incrementa el riesgo de accidentes.

Un tercio de los centros no dispone de armarios de seguridad en los que custodiar la documentación en papel. El 16% tiene deficiencias en la gestión de la documentación informatizada. Y aunque los datos contenidos en los ordenadores están protegidos por claves, no se registran ni se modifican periódicamente. En el 25% de los centros se observan deficiencias en cuanto a la dispensa de medicamentos.

Pocos centros disponen de medidas electrónicas para controlar el acceso, y se detectan deficiencias en medidas mecánicas de control (cerraduras y llaves).

Las dimensiones de los espacios del centro no cumplen con la normativa, y las aulas no son suficientemente grandes para el número de alumnos que deben ocuparlas. Problema que se agravará con las medidas de ajuste impuestas por el Gobierno, que eleva el número de alumnos por clase.

El estudio muestra que el 25% de los centros presenta desperfectos de carácter leve. En el 17,6% se registran casos de violencia física; el 50%, de consumo de drogas, tabaco y alcohol. El 60%, de acoso psicológico, con un crecimiento del informático: “Hay en los alumnos una falta de conciencia respecto a la protección de datos y al derecho a la imagen y a la intimidad”, reflexiona Joaquín Gairín, de la Universidad Autónoma de Barcelona y coordinador del estudio. Y en el 11,4% de los centros se han producido accidentes graves de alumnos, generalmente en los laboratorios y también caídas por las escaleras, y en el 60%, leves.

El 50% de los centros carece de cristales de seguridad en ventanas. Y sólo uno de cada tres tiene sistemas de protección en las puertas para evitar que los alumnos se pillen los dedos, uno de los riesgos más habituales.

Entre notable alto y sobresaliente

Pese a este panorama, Gairín no duda en calificar de “notable alto, incluso de sobresaliente” la seguridad en los centros escolares españoles. El 75,4% dispone de contratos de mantenimiento para todos los aparatos e instalaciones; el 97,6% cuenta con un Plan de Autoprotección (que incluye planes de evacuación); el 97,2% cumple la normativa de transporte escolar; el 90% muestra orden y limpieza; el 70%, una adecuada iluminación, ventilación, acústica y temperatura; el 98,3% cuenta con botiquín escolar. Y el 80% dispone de personal específico para controlar los patios y hacer un seguimiento a los alumnos con perfiles de riesgo. Y el 94% tiene las porterías y las canastas ancladas, para evitar accidentes.

Este experto cree que en los últimos tres años se ha mejorado en mecanismos de prevención y protección, mientras se observan las mismas deficiencias en edificios, instalaciones, transporte escolar y custodia de los datos. Y las medidas de ajuste del Gobierno y de las autonomías van a afectan al mantenimiento de las instalaciones.

Es necesario tener una concepción globalizadora de la seguridad, implantar la cultura de la prevención, que no es sólo una cuestión de acciones, sino de actitudes, asumiendo que una seguridad al 100% no es posible”, señala Joaquín Gairín. “La cultura de la seguridad es más inversión que gasto”, insiste. “Hay que implicar al profesorado en la cultura de la prevención, para extenderla al alumnado y a las familias”, concluye.

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