“El auténtico poder del líder es ese legado, poso y huella imborrable que deja tras de sí”

16/05/2012

Susana de Pablos. En el libro ‘El líder que llevas dentro’, subtitulado ‘Inteligencia emocional para triunfar en la vida y en la empresa, Juanma Roca pone como ejemplo el liderazgo de Steve Jobs. Al preguntarle qué líder empresarial español considera un referente ético y por qué, se le ocurren muchos nombres, pero se queda con dos, Amancio Ortega y Juan Roig, aunque dice no saber si cumplen a rajatabla el tono ético o no, "algo que queda en el interior de cada uno".

Amancio Ortega (Inditex) y Juan Roig (Mercadona) “son dos personas cuyo liderazgo o emprendimiento siempre me han impresionado y evocado grandes cosas”, asegura Juanma Roca, socio de Huete & Co. Trusted Advisors, consultora estratégica de dirección y acompañamiento directivo. Roca, que es doctor en Comunicación por la Universidad de Navarra, donde curso también el máster en Gestión de Empresas de Comunicación.

Diplomado en liderazgo y estrategia por Insead, Juanma Roca ha sido profesor visitante de la Universidad de Oxford y ha realizado el programa directivo global Orchestratig Winning Performance (OWP) del IMD de Lausana. También ha sido profesor de Redacción Periodística y Empresa Informativa, y en la actualidad es profesior visitante de liderazgo en ICADE Business School y en la Business Engineering School La Salle. Además, colabora con el Management Innnovation eXperience (MIX) que lidera el experto en estrategia Gary  Hamel y con el Leadership Innovation Forum.  Debido a todo este conocimiento acumulado por Juanma Roca, diarioabierto.es quiere saber más sobre su visión del liderazgo y el contenido de su nuevo libro.

.- diarioabierto.es: ¿Qué diferencia a un directivo empresarial de un verdadero líder?

El directivo gestiona, ya sea un presupuesto, recursos, una cuenta de resultados, personas… Puede ser excelso en su labor, pero, a la postre, por muy bueno que sea, esa no es más que, digamos, una labor «administrativa»; de ahí que se hable de ella como gestión (gestiona). Haciendo también lo anterior, el líder nace y emerge a su vez con un propósito vital (purpose) que trasciende de su propia persona, una propuesta que busca ir más allá y hacer colectiva en forma de un proyecto que, a la postre, busque la riqueza y la prosperidad, esto es, la mejoras del mundo. Es un estadista, una persona con una mirada ilimitada, con un aura de trascendencia y de donación de su propia persona del líder, pues «se» da a los demás a través de su liderazgo.

.- diarioabierto.es: Usted señala en su libro que “el liderazgo podría ser definido como el arte de dominar el mundo interior que es cada uno como persona”, dominio que desde su punto de vista logró San Ignacio de Loyola. Además de ese auto dominio, ¿qué otras características debe reunir el líder empresarial, sobre todo en el entorno de crisis actual?

No hay auto dominio sin autoconocimiento; por eso todo comienza en el autoconocimiento, la primera de las características de la inteligencia emocional, según Goleman. ¿Cómo vas a conocer y liderar a otros si ni te conoces -y lideras- a ti mismo? Ese autoconocimiento es el fruto de ese debate y monólogo interior, donde uno se dice sin tapujos y a la cara sus grandes verdades, las verdades más acuciantes y profundas. Junto a ese conocimiento y la propuesta vital, el líder debe ser una persona íntegra, honesta y auténtica; esto es, él/ella mismo, sin dobleces ni disfraces ni caretas. El peor mal de un líder es mentirse a sí mismo y, sobre todo, creerse esas propias mentiras. El líder es verdad en sí mismo: verdad y legado. Por eso el auténtico poder del líder es ese legado, poso y huella imborrable que deja tras de sí.

.- diarioabierto.es: ¿Qué le impulsó a escribir un libro que sigue el modelo y método ignaciano de los Ejercicios Espirituales para aplicarlo a los directivos y las personas en general?

Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio son un penegrinaje al interior de uno mismo, para que, desde ese interior renovado, la persona emerja al exterior nueva, con una mirada abierta y limpia: pura. Pero, para llegar a esta pureza hecha vida, lo que en el libro denomino como la poética del liderazgo (pues el líder es, a la vez, persona, personaje, protagonista, autor, historia e Historia), esa persona debe, desde el exterior, dejarse atravesar por sí mismo y emprender esa bajada al interior, como si de un espeleólogo se tratase (para salir de la cueva, primero hay que entrar en ella). Del exterior al interior, y del interior (renovado y renacido), al exterior.

Así se encamina la senda ignaciana, cuya travesía me ha servido para enfilar esa senda al liderazgo que cada uno tiene en su interior. Pero, para encontrarlo, hay que bajar a la cueva, casi a la muerte. San Ignacio vivió su «renacimiento» en Loyola, después de quedar malherido en una batalla en Pamplona. Porque, en el fondo, liderar es morir y renacer… a uno mismo.

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