Apenas unas horas antes de que se celebren las asambleas generales de ‘la Caixa’ y también de las entidades de ahorro que componen Banca Cívica (Caja Navarra, CajaCanarias, Caja Burgos y la sevillana Cajasol) y nazca oficialmente el mayor grupo financiero por negocio en España, con unos activos de 342.000 millones de euros (con la actividad internacional, le supera el grupo Santander y el BBVA), CaixaBank acude con los deberes hechos. El último escollo, el acuerdo laboral de integración, ya está superado. Y sólo quedan los trámites administrativos, las juntas generales extraordinarias de accionistas de CaixaBank y de Banca Cívica (se celebrarán antes del 30 de junio) y las autorizaciones pertinentes de las autoridades de España y de la Unión Europea.

El caso es que CaixaBank, Banca Cívica y los representantes sindicales de ambas entidades han aprobado hoy, por “una amplia mayoría”, los términos del acuerdo laboral de integración de la primera fusión virtual que se produjo entre cajas de ahorros en el banco instrumental creado por ‘la Caixa’. El acuerdo garantiza la retribución actual fija anual de los empleados de Banca Cívica, y establece una progresiva homologación a las condiciones vigentes en CaixaBank “con el objetivo de garantizar la calidad de servicio a los actuales clientes de ambas entidades y de adecuar las funciones laborales a las futuras necesidades de la entidad”, explica un comunicado del grupo.

CaixaBank incorporará como personal propio, desde la fecha efectiva de la integración, a los empleados de Banca Cívica, con condiciones laborales comunes con la actual plantilla de CaixaBank, que compensarán y sustituirán su anterior relación laboral con el grupo de cajas.

Este acuerdo laboral también establece la homologación salarial de los empleados de Banca Cívica, cuando se produzcan mejoras, de forma progresiva durante 60 meses, desde la fecha efectiva de la integración. La armonización de las aportaciones a los planes de pensiones de empleados a las condiciones de CaixaBank también se homologará de forma progresiva durante el mismo periodo.

El resto de beneficios sociales de CaixaBank se aplicarán de forma inmediata, una vez salvados los periodos de moratoria para respetar algunos beneficios previos, a los empleados procedentes de Banca Cívica. En relación a la póliza sanitaria, se garantiza la cobertura para todos los empleados.

Además, se pondrá en marcha un plan de formación que combinará las modalidades presencial y virtual para garantizar la adecuada preparación de los equipos de las oficinas para el momento de la integración.

El nuevo acuerdo también establece las condiciones en las que se aplicará la movilidad geográfica y la consiguiente compensación económica, en los casos necesarios.

Ajuste pendiente

Tras la firma del acuerdo laboral, los sindicatos señalan que queda pendiente el ajuste laboral previo a la integración exigido por CaixaBank a Banca Cívica. El grupo de cajas reducirá su plantilla en 1.480 personas, hasta los 6,320 empleados, gracias a unas 900 prejubilaciones y a bajas incentivadas. Pero también recuerdan que, una vez que se produzca la integración efectiva, habrá un nuevo ajuste de plantilla provocado por el solapamiento de algunas sucursales (el grupo tendrá 6.590, de las que 1.394 proceden de Banca Cívica). Este ajuste adicional, que afectará también a empleados de CaixaBank (tiene una plantilla total de 28.500 trabajadores), se hará, como el anterior, sin recurso a medidas traumáticas, mediante prejubilaciones y bajas incentivadas, fundamentalmente.

Participación del 61%

La asamblea de ‘la Caixa’ no sólo debe ratificar la “absorción” de Banca Cívica en CaixaBank. Debe autorizar que esta operación suponga que la participación de ‘la Caixa’ en su banco instrumental esté por debajo del 70% y que no descienda “por debajo del 60%”. Tras la operación, incluyendo la conversión de todas las obligaciones convertibles ya emitidas y la recompra de las participaciones preferentes de Banca Cívica, ‘la Caixa’ tendrá el 61% del capital de CaixaBank. Las cajas de Banca Cívica, el 3,4%: 1% de Cajasol y de Caja Navarra, 0,7% de Caja de Burgos y de Caja Canarias. El 35,6% restante es capital flotante en Bolsa, repartido entre particulares e institucionales.

Al mismo tiempo, la asamblea aprobará las cuentas de 2011 y la gestión de la entidad, y recibirá información sobre la remuneración del consejo de administración, entre otros puntos del orden del día.