Una de las materias primas más caras del mundo

29/11/2010

Carmela Díaz.

Piensen por un momento en el whisky de malta más exquisito o en el ron moreno más elaborado. Sea cual sea su calidad y excelencia, los cereales o la caña de azúcar serán su punto de partida. ¿Sabían que las cabezas de agave weber variedad azul, origen del tequila, es una de las materias primas más caras del mundo? Con permiso de la trufa blanca de Piamonte…

Esta bebida mexicana es una gran desconocida en España, relegada a taponazos de alcohol de baja calidad aderezados con sal y limón en noches de juergas descomunales o como colofón a fiestas salvajes. Sin embargo, entre sus más de 1.500 marcas y diversas categorías, existen tequilas -como el añejo- que podrían ser perfectos sustitutivos de un buen coñac para el paladar más exigente como acompañante de lujo  en una agradable sobremesa. El origen del tequila se remonta al siglo XVII, tratándose de un producto consecuencia del encuentro de dos mundos, pues utiliza técnicas originarias del continente europeo para transformar una materia característica de la tierra americana: el agave (casi idéntico en su aspecto exterior al aloe vera) del que sólo se utiliza  exclusivamente la piña central. En México, a partir de algunos de los doscientos agaves diferentes que existen, se obtienen de ciertos lugares otras bebidas aguardentosas similares. Éstas reciben el nombre genérico de mezcal y toman el apellido de la población en la que nacen. Pero no cabe duda de que el más famoso de todos es el mezcal de tequila, cuyo apelativo se debe a una antigua población que se encuentra cercana a Guadalajara, y en su terminología de origen, significaba el lugar donde se trabajaba la piedra. Para que la bebida sea considerada tequila, debe contener como mínimo un 51% de azúcar de agave, siendo el otro 49% restante procedente de otros azúcares (remolacha, caña…). Por supuesto, la calidad más alta se consigue en la bebida compuesta por 100% agave. Además del tequila blanco -el más consumido en nuestro país-, podemos degustar el tequila joven -mezcla del blanco y el reposado-, el tequila reposado -para considerarlo como tal debe permanecer en barricas de roble o encina entre dos meses y un año-, el tequila añejo -tiene que mantenerse más de un año en barricas con una capacidad nominal no superior a 600 litros- y el extra añejo -más de tres años en barrica-. Estos últimos tiene un característico color ambarino y similitud con el vino para su correcta degustación: lagrimean en el cristal, su aroma contiene diversos matices y es conveniente servirlo en copas que dejen respirar el contenido. Una forma de tomarlo, casi desconocida en España pero bien famosa en su país de origen, es la sangrita. Consiste en mezclar el tequila con zumo de naranja, chile piquín y otras especias, como la pimienta de cayena.

Para conocer al máximo la bebida tradicional mexicana, nada mejor que visitar la ruta del tequila que representa una parte importante de la aportación turística de México a la cultura universal: zonas arqueológicas, antiguas casonas, minas de ópalo y obsidiana, destilerías, gastronomía, mercados tradicionales, y por supuesto, el magnífico paisaje agavero. Conocerla será encontrarse con la mejor contribución turística de Jalisco al mundo. Probar el mejor tequila en buena compañía, algo que no se pueden perder.

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