Se enfría el interés de la banca por comprar el Banco de Valencia

25/05/2012

Miguel Ángel Valero. Popular y Liberbank, entre las entidades que han declinado participar en el proceso de ofertas vinculantes, que deben presentarse antes del 12 de julio

El Fondo de Reestructuración (Frob) ha comunicado, a través de Citi, el banco de inversión encargado de las ventas, a las entidades que participan en el proceso de subasta de CatalunyaCaixa y del Banco de Valencia que ha decidido retrasar dos semanas el plazo de presentación de ofertas vinculantes. Este aplazamiento se basa en las valoraciones de los balances de la banca española encargadas por Economía y el Banco de España a Oliver Wyman y Roland Berger, y que deben estar listas en junio.

En lugar del 13 de junio, los aspirantes a comprar CatalunyaCaixa deberán presentar sus propuestas el 27 de junio, por lo que la adjudicación no se producirá hasta mediados de julio. En el caso del Banco de Valencia las ofertas vinculantes deberán remitirse el 12 de julio, en lugar del 27 de junio inicialmente previsto, lo que supone que no se adjudicará hasta finales de julio.

En el Banco de Valencia, Santander, BBVA, BMN, Ibercaja, Unicaja, Banco Popular y Liberbank realizaron ofertas no vinculantes. Y se ha abierto el proceso de entrevistas a los directivos de la entidad. En esta fase ya no están el Banco Popular ni Liberbank, que han declinado hacer ofertas vinculantes. Los argumentos son muy parecidos: exigencias adicionales de provisiones por la segunda reforma financiera (“no se pueden cambiar las reglas de juego a mitad del partido”) y posiblemente también por las valoraciones de los balances que hagan Oliver Wyman y Roland Berger, escaso o nulo entusiasmo por las cifras presentadas por el Banco de Valencia, resistencia a asumir más cartera de activos inmobiliarios.

De momento, en el proceso del Banco de Valencia siguen adelante BMN, Ibercaja, Unicaja, Santander y BBVA, aunque los dos grandes bancos parecen poco entusiasmados por la operación. A las razones aducidas por las entidades que se han  retirado, hay que añadir la dificultad que tienen tanto Santander como BBVA para justificar ante los inversores internacionales adquisiciones de entidades financieras en España. Sobre todo para el BBVA, que ya se ha hecho cargo de la catalana Unnim, y la Comisión Europea no le deja realizar otra adquisición en Cataluña durante los diez próximos años. Pero Santander y BBVA siguen en el proceso de CatalunyaCaixa, junto a Sabadell, Popular, Kutxabank y el fondo norteamericano JC Flowers.

El principal favorito para quedarse con el Banco de Valencia continúa siendo BMN, muy interesado en la entidad para cerrar su apuesta por la zona mediterránea y reforzar su posición en la Comunidad Valenciana. Además, con la operación gana tiempo para cumplir con las exigencias de provisiones adicionales por activos inmobiliarios. Y da un saldo de dimensión: de ser el nuevo grupo de cajas más pequeño (68.000 millones de euros en activos) sería el tercero, tras CaixaBank y Banca Cívica, poniendo, con sus 93.000 millones gracias al Banco de Valencia, tierra de por medio sobre Unicaja (79.000 millones), pendiente de lo que suceda con CatalunyaCaixa (76.000 millones). Lo que le pone en una buena situación de cara a abordar otro proceso de integración: habla con Ibercaja, Liberbank y Unicaja.

Todas las entidades, en cualquier caso, aplauden el aplazamiento de las dos subastas hasta ver las conclusiones del examen de Oliver Wyman y Roland Berger sobre la banca española.

Medidas de la Comisión Europea

El enfriamiento del interés de la banca por el Banco de Valencia y, en menor medida, por CatalunyaCaixa (una entidad tres veces más grande) se argumenta también en el endurecimiento de condiciones que la Comisión Europea ha puesto a las últimas operaciones: CAM, para el Sabadell; y Unnim, para el BBVA.

Entre ellas, el cierre de oficinas en Comunidad Valenciana y Región de Murcia (en el caso del Sabadell) y en Cataluña (en el BBVA), ya que el criterio de Bruselas es que el grupo resultante no puede contar en la zona con más sucursales de las que tenía la entidad adquirida antes de la adjudicación. También, que no puedan realizarse otras adquisiciones en la zona hasta pasados diez años, lo que imposibilita que el BBVA pueda quedarse con CatalunyaCaixa. Y sobre todo la renuncia a las facilidades de liquidez, que el Sabadell obtuvo del Frob a cambio de asumir el Banco CAM.

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