Goirigolzarri rechaza hacerse cargo de las demás entidades nacionalizadas

26/05/2012

Miguel Ángel Valero. “Estoy centrado en el Banco Financiero y de Ahorros y en Bankia”, zanja, mientras recuerda que los 19.000 millones que pone el Estado son “capital, no ayudas” y que su obligación es "crear valor para el accionista, sea público o privado"

El estreno de José Ignacio Goirigolzarri como presidente de Bankia y del Banco Financiero y de Ahorros ante los medios de comunicación, con la presentación del Plan de Saneamiento y Recapitalización del Grupo BFA, ha estado marcado por dos mensajes. Uno, de tranquilidad. El segundo, un intento de zanjar especulaciones, especialmente sobre la exigencia de responsabilidades sobre la gestión anterior, que ha desembocado en unas necesidades de capital de 19.000 millones de euros (12.000 millones para Bankia), y sobre el futuro de las entidades financieras nacionalizadas: el grupo BFA/Bankia, CatalunyaCaixa, NovaGalicia y Banco de Valencia.

Sobre esta última cuestión, la que suscitó más preguntas de los medios, Goirigolzarri quiso dejar muy claro que no sabe nada de la intención de fusionar las entidades nacionalizadas en un banco público. Y mucho menos de que ese banco se estructure en torno al grupo que preside. Por si no hubiera quedado bastante claro, “estoy centrado en el Banco Financiero y de Ahorros y en Bankia”.

Con su antecesor, Rodrigo Rato, Goirigolzarri fue elegante, e incluso defendió su gestión. Antes que nada, reclamó ser “extraordinariamente prudentes” a la hora de las valoraciones, porque a Rato le tocó gestionar un grupo fruto de la fusión de siete cajas “en un entorno regulatorio y económico muy convulso y complejo, con la dificultad añadida de sacar Bankia a Bolsa”.

Pero, sobre todo, Goirigolzarri enfatiza que “no vengo aquí a depurar responsabilidades, y mi responsabilidad es mirar hacia el futuro”. Los 19.000 millones de necesidades adicionales (el doble de las planteadas por Rato en el plan de viabilidad diseñado por éste y que precipitó su relevo por Goirigolzarri y la nacionalización del grupo) se deben a reclasificaciones de la cartera crediticia, fundamentalmente del crédito promotor, que han llevado a mayores provisiones, y a la adecuación del ladrillo y de las participadas a valor de mercado, y al objetivo de contar con un capital principal del 9,5% (por encima del exigido a las entidades consideradas sistémicas), dando a entender que no se ha encontrado nada irregular.

Los 19.000 millones salen de “un análisis riguroso, serio y muy profesional, realizado en colaboración con el Banco de España y con el Ministerio de Economía”. Y aquí es donde Goirigolzarri insiste mucho en el mensaje de la tranquilidad. Primero, porque “no son ayudas que hay que devolver, sino capital, y es responsabilidad de los gestores crear valor para el accionista, ya sea el Estado o inversores privados, y sacarle rendimiento a ese capital”. No le preocupa, por tanto, lo que pueda salir de las valoraciones de los balances de la banca que están realizando Oliver Wyman y Roland Berger ni de los exámenes que van a hacer tres auditoras internacionales. “Van a estar de acuerdo con nuestro análisis. Me siento muy tranquilo al respecto”, insiste.

También precisa que se trata de una inyección de capital, no de Cocos (bonos que se convierten automáticamente en acciones), y que “no ha habido discrepancia alguna con Economía o el Banco de España en este asunto”.

Solución para las preferentes

Goirigolzarri aprovecha para anunciar una solución para los inversores en preferentes de Bankia, que no va a pasar por su transformación en capital, y que se producirá antes de la junta general de accionistas, prevista para el 29 de junio. Antes, a mediados de ese mes, estará listo el plan estratégico, que contempla desinversiones en empresas participadas. Para facilitar el proceso y evitar tener que hacer provisiones adicionales, se han contabilizado a valor de mercado.Pero no habrá movimientos hasta entonces. “Mañana no vamos a poner a la venta nada”, precisa.

Recuerda que la ampliación de capital de Bankia, con 12.000 millones asegurados por el Estado, es con derecho de suscripción preferente de los accionistas, por lo que la participación pública en la entidad del grupo BFA estará en función de lo que hagan éstos. Invitándoles, por tanto, a acudir a la ampliación. “En este momento no está sobre la mesa” una fusión entre BFA y Bankia, porque “no iba a suponer una reducción de estructuras”, aunque deja la puerta abierta a plantearse esa opción para el futuro.

Y un mensaje final: “Si no tuviera confianza en el grupo BFA y en Bankia, sobre todo en su gran activo, que es su gran base de clientes, no estaría aquí”. Más claro: “Tenemos que mirar al futuro”.

Plan de saneamiento y recapitalización

El equipo de Goirigolzarri, con José Sevilla al frente como director general responsable del área financiera, riesgos y participadas, entre otras funciones, ha diseñado un plan de saneamiento y de recapitalización del Grupo BFA/Bankia, con unas necesidades de capital de 19.000 millones, que serán cubiertas en su integridad por el Estado.

Estos 19.000 millones salen de los 8.745 millones de requerimientos de provisiones y de capital por las dos reformas financieras puestas en marcha por Economía. Además, se han detectado, tras analizar la cartera inmobiliaria, necesidades adicionales que ascienden a 4.000 millones de euros. Ya van, por tanto, 12.745 millones.

Una revisión del resto de la cartera crediticia tras someterlo a una prueba de resistencia a un eventual escenario económico adverso aporta 5.500 millones de euros. Poner a valor de mercado las participadas y clarificar los activos fiscales (que provocaron algunas de las salvedades del auditor Deloitte sobre las cuentas de 2011) suponen otros 6.700 millones.

El efecto neto de toda esta revisión asciende a los 19.000 millones que aporta el Estado.

Nuevo consejo de administración

Al mismo tiempo, el consejo de administración de Bankia ha procedido a la reformulación de las cuentas de 2011, que no ya incluyen tipo alguno de salvedad por parte del auditor. Los saneamientos realizados en la cartera de créditos, en los activos adjudicados y la puesta a valor de mercado de las participadas han arrojado un resultado negativo en el año 2011 de 2.979 millones de euros.

Tras esto, el consejo ha dimitido en bloque, nombrándose uno nuevo, mucho más reducido (pasa de 18 a 10 miembros). Sólo se mantienen Goirigolzarri y el consejero delegado, Francisco Verdú, como ejecutivos, la misma categoría que asume José Sevilla, director general de Presidencia y responsable del área financiera, riesgos y participadas, y el secretario general (no consejero), Miguel Crespo . También se incorporan, como independientes, Joaquín Ayuso, vicepresidente de Ferrovial; Eva Castillo, ex presidenta de Merrill Lynch para España y consejera de Telefónica y de la aseguradora Old Mutual; José Wahnon, consejero de Ezentis y ex socio de PwC; Javier Campos , presidente del Grupo Zena; Jorge Cosmen, presidente de Alsa y copresidente de National Express; Fernando Fernández, director de la Cátedra del Sistema Financiero Internacional del IE Business School, y ex economista jefe del BCH y del BSCH; y José Luis Feito, presidente de las patronales de autopistas españolas (Aseta) y europea (Asecap) y del Instituto de Estudios Económicos.

El consejo de BFA también reformulará las cuentas de 2011 y procederá a su renovación.

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