Merluza al horno y pastel de vichyssoise

08/06/2012

Patricio Sesma Granell, restaurador. Estoy sin salir del baño, estoy muy enfermo, he leído el capítulo de los economistas neoliberales y, la verdad, estoy fatal.

La mayor parte de los aportes teóricos  que hicieron este neo-economista se pueden concretar en tres consejos

1.-Uso del aumento de la masa monetaria como instrumento para crear demanda agregada, recomendando mantener fijo el aumento anualmente; así dicho suena a que uno no se entera y es fácil de colar un gol por toda la escuadra.

Esto significa que se ponen a fabricar billetes como locos para que la gente tenga más dinerito en el bolsillo, gaste más, se endeude más, y sea más feliz según estos neoliberales, porque cuéntele usted a la familia media española, que hizo caso a esto, qué tal le va ahora.

2.- Desaconsejaban el uso de la política fiscal, especialmente el uso del constante déficit presupuestario.

3.- Recomendaban una reducción en los gastos del Estado como única forma práctica de incrementar la demanda agregada.

Claro, el Estado no invierte y lo tiene que hacer la economía privada, con lo cual, y gracias al punto anterior, todos tenemos dinero en los bolsillos; como el Estado no nos paga ni las medicinas, pues tenemos que gastarlo y así nos tenemos que endeudar nosotros para poder seguir gastando.

¿Les suena de algo esto? ¿A que sí? ¿A que esto nos ha pasado? ¿Nos ha llevado a la felicidad?

Pues no se lo pierdan, que esto lo pusieron en marcha Margaret Thatcher y Reagan aunque a cada uno le fue de forma diferente.

En el Reino Unido se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector público que, si bien tuvo consecuencias negativas en el corto plazo en el terreno social, reactivó la economía y dio un gran dinamismo al sector productivo. ¿Se acuerdan de quién privatizó todo en España? Pues eso, como no tenemos nada que vender, no tenemos nada que echarnos a la boca.

En los Estados Unidos se tomaron medidas similares y las iniciativas de reducción de impuestos prosperaron pero no fueron capaces de controlar el gasto social, y eso que allí te mueres en la puerta de un hospital y no pasa nada, y sobretodo hicieron un “super  déficit” porque les encanta ir a la guerra y alardear de maquinaria de guerra perfecta, aunque luego musulmanes con mochilas bomba les amarguen la existencia, y no te quiero decir nada con los aprendices de piloto.

A los yankees les encanta guerrear, y esto lo tengo clarísimo, es porque tienen un complejo monumental  con su historia como nacion, les parece que es cortita, razon no les falta, y escasa de reyes, conspiraciones, guerras civiles, politicas matrimoniales de los reyes, ser invadidos otros paises, etc…,

Así que para llenar los libros de historia tienen que montar guerras, calientes y frías, embargos económicos e incluso invasiones de islas enanas; menos mal que sabía geografía el que invadió la isla de Granada, que si no, nos colocan su bandera en la Alhambra. Es decir, que nos tienen mucha envidia.

¡Pues que con su pan se la coman y nos dejen de guerras que lo que queremos es trabajar!

Volviendo a mis “neoliberales”, ¿se han dado cuenta de que no hemos avanzado un ápice desde 1979? ¿No será que debemos de volver hasta 1979 y tratar de recuperarnos de aquella crisis de otra manera? Tenemos que hablar con el de la máquina del tiempo; si ustedes lo conocen, no duden en comunicármelo, yo seguiré recuperándome de mis económico-dolores de tripa.

Y para el dolor de tripa, una recetita suave, que nos ayudara a recuperar las ganas de hacer algo.

Merluza al horno y pastel de vichyssoise

Ingredientes para la merluza:

Un lomo de merluza, evidentemente, y le decimos al pescadero que nos lo haga en porciones y desespinado.

Ingredientes para el pastel de Vichyssoise:

Cuatrocientos gramos de patatas.

Dos puerros.

Dos dientes de ajo picados,

Dos huevos batidos.

Un trozo de gruyer rallado o cualquier otro queso.

Un vaso de leche.

Aceite de oliva.

Un manojo de perejil.

Pimienta.

Sal.

Preparación de la merluza:

Simplemente, la ponemos en la plancha ,retirándola sin terminar de hacer, que quede rosadita y la retiramos

Preparación del pastel de Vichyssoise:

Vaya lío tenemos con la procedencia de la Vichyssoise, que si francesa, que si americana; pero parece que la verdad de los hechos es que es de un francés que la hizo en América, concretamente se le otorga la paternidad al cocinero francés Louis Diat, del Ritz-Carlton de Nueva York, durante la Primera Guerra Mundial.

Este tal Luis Diat recordó en el verano de 1917, cuando ya llevaba 7 años de jefe, que de pequeño su madre y su abuela hacían una sopa de patata y puerro y que durante el periodo estival, su hermano y él  la enfriaban añadiéndole leche fría y le parecía delicioso.

Así que ni corto ni perezoso, y como había nacido cerca de Vichy, incluyó la sopa en la carta con el nombre de Crème vichyssoise glacée, y como en 1930 se cambió la carta y se puso en inglés la llamó  Cream vichyssoise glacée.

Este cocinero era de Montmarault, ¿se imaginan que le hubiese puesto de nombre Crème Montmaraultssoie glacée? Este señor tenia vista comercial.

Un tal Jules Gouffe se atribuye el mérito y dice haber publicado la receta  en Royal Cookery  en 1869.

Supongo que si leyeran cómo trato a su cremita en esta receta, me denunciarían ante la asociación mundial de comercio igual que Repsol a Argentina.

Cocemos las patatas en la olla con la piel, agua y sal. En 20 minutos deberían ya estar perfectas.

Las sacamos, las dejamos enfriar, las pelamos y las aplastamos, es decir, las hacemos puré como han hecho con nuestros puestos de trabajo y salarios.

En una sartén ponemos dos cucharadas de aceite de oliva y sudamos, a fuego suave, los puerros picados, el perejil y los ajos hasta que estén blanditos. Añadimos las patatas, revolvemos bien y apartamos.

A partir de aquí tenemos dos opciones:

1.- No nos apetece complicarnos más la vida.

Esa masa la ponemos cubriendo el fondo del plato, colocamos el lomo de merluza encima y le damos un minuto en el microondas a todo trapo, para que se caliente y se termine de hacer la merluza. Servimos rociando el plato con un buen  chorretón de aceite del bueno, arbequina le va genial, y ¡¡¡ Buen provecho!!!

2- Nos creemos unos grandes chefs y la terminamos de otra manera.

Cogemos la mezcla, le añadimos los huevos bien batidos y el vaso de leche, mezclamos bien y la colocamos  en nuestro amigo Pyrex y la metemos en el horno previamente calentado a 200ºC. Cuando veamos que la superficie está empezando a dorarse, sacamos del horno, colocamos la merluza encima y lo volvemos a meter al horno 5 minutos más.

La sacamos, y la presentamos en la mesa, también rociada con aceite bueno.

Ya ven, yo también de rebajas, dos recetas al precio de una.

¡¡¡ Buen provecho!!!

Patricio Sesma Granell es Director del Restaurante Bokado de Madrid

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