Sin pronunciar la palabra “rescate” –con r de Rato y Rajoy, e de España, s de salpullido y cate de suspenso y coscorrón–, compitieron este miércoles el jefe del Gobierno y el ministro de Economía, Luis de Guindos, en afirmaciones ante el pleno del Congreso de que “el préstamo ventajoso” de 100.000 millones de euros para reflotar el sistema financiero “no tendrá coste para la sociedad”. Y si el saneamiento de la banca se hubiera realizado tres años antes, no iríamos con retraso, dijo Rajoy, y “otro gallo nos cantaría”, dijo De Gindos.
“Bueno, eso lo dice usted –replicó a Rajoy el exdirigente de CC.OO de Cataluña y diputado de Izquierda Plural, Joan Coscubiela–; usted, que recorta 10.000 millones a la Sanidad y la Educación y pide 100.000 para salvar a los bancos, que destruye empleo con la reforma laboral, que carga el peso de la crisis sobre los trabajadores, que sólo ayuda a los poderosos porque el PP es el Partido de los Poderosos, y que ignora que hay alternativas”.
Rajoy le contestó que los males de la crisis proceden de una deuda de 982.000 millones de euros, “casi el PIB”; repitió que el último año las administraciones públicas gastaron 90.000 millones más de lo que ingresaron, y afirmó que “estamos haciendo lo necesario para avanzar en el desendeudamiento exterior y debemos celebrar que los socios europeos nos hayan ayudado”.
A continuación el presidente colocó en su lugar a Rosa Díez –insistía en lo del “pacto de Estado”–, diciéndole que no ha apoyado ni una sola medida importante de cuantas ha promovido el Gobierno, empezando por la reforma laboral y terminando por el Presupuesto de este año, y escuchó atentamente la pregunta del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, sobre el impacto del rescate.
Según Rubalcaba, los socios del Eurogrupo prestan el dinero al Estado español y por lo tanto responde el Estado. “Es un préstamo para rescatar a los bancos, un rescate con letra pequeña que conviene estudiar porque el diablo está en los detalles”, dijo antes de añadir que mucho se teme que no conlleve el recorte de las pensiones, la prolongación inmediata a 67 años de la edad de jubilación y las subidas de impuestos, por lo que consideró imprescindible crear una comisión de investigación que revise el sistema financiero sometido al rescate. “Una comisión de antes y después de su llegada al Gobierno”, precisó. “Usted no puede creer que el espectáculo de Bankia, pasando de 4.000 a 23.000 millones de recapitalización no ha tenido nada que ver”.
La comisión investigadora no gustó nada a Rajoy, que se enrocó en el retraso del saneamiento bancario, recordando que en 2009 algunos países de la UE se gastaron un billón y medio en hacer lo que el Gobierno español de entonces no quiso hacer. Luego avanzó su intención de enviar una carta al presidente de la Comisión de la UE, José Manuel Durao Barroso y al del Consejo, Herman Van Rompuy, instándoles a avanzar en la unión fiscal y financiera, que es la posición que llevará al Consejo Europeo del 28 y 29 en Bruselas. En los pasillos dijo que les entregará la misiva en Roma el día 22, en la reunión de jefes de las cuatro primeras economías del euro.
Los socialistas Valeriano Gómez e Inmaculada Rodríguez Piñeiro no consiguieron arrancar al ministro De Guindos dato suplementario alguno sobre el coste y las condiciones del rescate, sólo que “no tendrá impacto fiscal” para los ciudadanos, “es a largo plazo y en condiciones más ventajosas que las actuales del FROB, y que el Fondo Monetario Internacional sólo prestará asistencia técnica”. En conclusión: nada debemos temer de “los hombres de negro” que auditan la banca y en unos días impondrán sus condiciones.
A propósito de la oscuridad, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría anunció la intención del PP de que la subcomisión del FROB, que ahora trabaja a puerta cerrada y sin que el partido del Gobierno haya permitido las comparecencias de Rato, Blesa, Fernández Ordóñez y otros responsables de la nacionalización de Bankia, trabaje con luz y taquígrafos. Y otrosí sobre la oscuridad: ante la falta de respuesta del ministro de Industria, José Manuel Soria, al conflicto provocado por la quita de 450 millones de euros a las cuencas mineras, que ya llevan 17 días en huelga, el socialista leonés José Antonio Alonso y el asturiano Antonio Trevín, le pidieron que haga el favor de cumplir lo pactado y aceptar sus enmiendas al Presupuesto. Y éste último sacó una lámpara y se la ofreció para iluminar el camino. En la tribuna de invitados, un grupo de mineros exhibieron camisetas negras antes de ser desalojados por orden del presidente Jesús Posada. Al final, tanto en materia minera como en la financiera, hay políticos que prefieren la oscuridad y si ven luz al final del túnel, gritan: ¡Que hagan más túnel!.
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