Una nota técnica del Fondo Monetario Internacional (FMI), dentro del marco del Financial Sector Assesment Program (FSAP), analiza la transformación del sector de las cajas de ahorros españolas. Señala que, gracias al intenso esfuerzo de reestructuración llevado a cabo por las entidades, y en particular por las cajas, “el núcleo del sector financiero español está bien gestionado y resistiría nuevos shocks”.
El FMI reconoce los “importantes logros” conseguidos por los nuevos grupos de cajas surgidos del proceso de reestructuración. La nota técnica cita expresamente el nuevo régimen jurídico, que les dota de capacidad para lograr capital externo y disciplina de mercado. Sobre todo, el nuevo marco de supervisión, ya que los bancos instrumentales de las cajas están bajo la supervisión exclusiva del Banco de España, eliminándose las “incertidumbres existentes en materia de competencia” entre la institución supervisora y las comunidades autónomas.
También aplaude la mayor profesionalidad de la gestión, porque los miembros de los consejos de administración están ahora sujetos a las mismas funciones generales que se aplican a los directores de las sociedades mercantiles, en particular con respecto a la obligación de actuar con la debida diligencia y revelar los conflictos de intereses. Además, los nuevos directivos del Sector cumplen con “criterios específicos relacionados con la profesionalidad y experiencia en el negocio bancario”.
La existencia de consejeros independientes permite “tener una visión externa sobre la gestión y las operaciones” de la entidad. Por tanto, el FMI subraya las “importantes mejoras” en el gobierno corporativo de los grupos de cajas, especialmente las que hacen referencia al tamaño de los órganos de Gobierno y a la incompatibilidad de sus miembros.
No obstante, el FMI recomienda continuar con la reforma de las cajas de ahorros españolas. Y propone que sea una ley “estatal” la que determine el papel de las cajas de ahorros y las fundaciones de carácter especial (en lo que se tienen que convertir las cajas si no controlan sus bancos instrumentales) en su calidad de accionistas de los nuevos “bancos de cajas”.
Reestructuración sin perder cuota
Este esfuerzo de reestructuración realizado por las cajas se ha traducido en que, en menos de tres años, el sector ha pasado de contar con 45 entidades, con un tamaño medio de 29.440 millones de euros (diciembre 2009), a 13, con un volumen medio de activos de 99.190 millones (diciembre 2011). Tras la decisión del Gobierno español de adelantar, e incluso ampliar, los requisitos de capital que Basilea III había previsto para el año 2013, la ratio de solvencia media de las cajas se ha situado en el 8,86% a 31 de diciembre de 2011.
El número de oficinas de los grupos de cajas ha pasado de 25.051 en el tercer trimestre de 2008 (momento de máxima capacidad instalada por el sector), a 20.558 a 31 de marzo de este año, lo que representa una reducción del 17,9% y de 4.493 sucursales. El número de empleados de las cajas ha pasado de 135.415 en septiembre de 2008 a 114.154 a 31 de marzo de 2012, con una reducción del 15,7%, que se traduce en 21.261 trabajadores.
Desde el comienzo de la crisis financiera internacional, y hasta marzo de este año, los grupos de cajas han saneado activos problemáticos por un valor aproximado de 67.000 millones de euros.
Este intenso proceso de reestructuración, saneamiento y reducción de la capacidad instalada “se ha realizado sin que se haya producido merma en el servicio a los clientes y manteniendo las cuotas agregadas de mercado”, subrayan en la Confederación Española de Cajas de Ahorro (Ceca).
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