Los índices americanos llevan días amagando una debacle de la que terminan por recuperarse casi milagrosamente, bien dejando las bajadas en términos “razonables” o dándose la vuelta por completo con unos finales de sesión de auténtico rally. Ayer no fue una excepción a esta manera de hacer las cosas. Una caída de infarto hasta el cierre europeo, una fase de consolidación en la que, literalmente, no pasa nada, par concluir un un “sprint” tan desmesurado como ilógico.

Cuentan los expertos que existe una razón fundamental para este tipo de comportamiento: la liquidez inyectada en el sistema por la Fed, que hace que cualquier soporte sea utilizado para la toma de posiciones alcistas por los cortoplacistas e intradiarios. Lo de las caidas de inicio lo achacan directamente al “peso” europeo, donde las dudas no solo no se rebajan sino que parecen acrecentarse día tras día.

Sea como fuere, lo cierto es que la sesión nos ha vuelto a dejar un “ida y vuelta” sorprendente que, en otras circunstancias, daría pie a pensar en que las jornadas venideras pueden tomar cariz positivo, pero tal y como están las cosas, cualquier se atreve  tomar una posición “clásica” como comprar al cierre de una sesión de este tipo. Algún pasará que será “la buena”, pero los inversores están bastante escaldados de sesiones así en las que nada se confirmó en la siguiente jornada.

“Mucho de lo que ha pasado en la sesión confirma que los inversores piensan que nada de lo que está ocurriendo en Europa tiene ni que ver ni por qué influir en Estados Unidos”, señalaba un analista a menos de tres cuartos de hora para el cierre de la jornada americana. Qué quieren que les diga. En un mundo interconectado al milisegundo no tengo yo tan claro un vaticinio de este tipo, pero si él lo dice… Lo único cierto es que a falta de cuarenta minutos para el cierre, el S&P 500 se había dado la vuelta por completo y rozaba los 1.190 puntos tras una escalad que había comenzado ¡¡en los 1.174!!

Lo de menos es que no completara la escalada cerrando en positivo, ya que perdió un 0,13%. Lo de más es que arrastró al Nasdaq y al Dow desde los abismos en los que se habían hundido. El Dow pasó buena parte de la sesión por debajo de los 11.000 puntos, mientras que el Nasdaq tuvo que batirse a brazo partido con el nivel de los 2.500 puntos. Al cierre, ambas barreras quedaban alejadas.