Estados Unidos lo tiene mucho más fácil al no tener que negociar sus decesiones de política económica ni monetaria con ningún país. Cubre sus necesidades y nadie le pone ni un solo pero, aunque su déficit y deuda se disparen. Este miércoles la Reserva Federal (Fed) confirmó que mantendrá los tipos entre el 0 y el 0,25%, por lo menos, hasta 2014 (en ese nivel quedaron fijados en 2008, cuando la crisis era más virulenta en EE.UU.), y ha decidido ampliar la denominada «Operación Twist» hasta finales de este ejercicio por 267.000 millones de dólares (alrededor de 211.000 millones de euros), ante la desaceleración del crecimiento económico. Una inyección a la economía norteamericana que, según el presidente de la Fed, Ben Bernanke, asegura que podría ser de más millones. La razón no es otra que las previsiones realizadas en abril sobre el crecimiento del PIB del país han sido revisadas cinco décimas a la baja.
De necesitarse la nueva inyección, el banco central estadounidense estudia un nuevo programa de recompra de deuda, denominado «Quantitive Easing 3». En este sentido, Bernanke ha afirmado que «más compras adicionales de bonos estaría entre las cuestiones que sin duda consideraríamos si es necesario adoptar medidas adicionales para fortalecer la economía».
El presidente de la Fed, que este miércoles ofreció una rueda de prensa tras la reunión del Comité del Mercado Abierto de la institución, ha defendido la decisión de prolongar la Operación ‘Twist’ adoptada en esta última reunión es un paso «sustantivo» y aportará algo de apoyo adicional, e incidió en que la Reserva Federal está preparada para adoptar las pasos que sean necesarios para promover un crecimiento sostenible y la recuperación del mercado laboral. Por ello, ha recalcado que antes de poner en marcha este tipo de incentivos es necesario tener la «convicción» de que son necesarias «compras adicionales», aunque se trata de una medida que «no se puede tomar a la ligera».
Por lo que respecta a la acción coordinada de bancos centrales, Bernanke reconoció que existen conversaciones frecuentes, si bien de carácter consultivo con los institutos emisores europeos, al tiempo que lanzó un mensaje de confianza sobre Europa, afirmando que es una «región saludable», que cuenta con recursos suficientes para solucionar sus problemas y mantener la unidad del euro. Aunque, eso sí, aconsejó que sea la UE la que lidere la situación.
El programa de compra de bonos del Tesoro a largo plazo, que en eso consiste la operación Twist, se realiza a través de los rendimientos de la venta de los títulos a corto plazo que la Fed tiene en su cartera. Dichos bonos tienen un vencimiento de entre 6 y 30 años y lo que se hace es canjear o vender una cantidad igual de títulos con vencimiento inferior a tres años. Dicha operación tenía inicialmente previsto dedicar 400.000 millones de dólares (según se aprobó en septiembre de 2011). El Comité del Mercado Abierto de la Fed explica que con esta ampliación del plazo se pretende reducir las presiones en los tipos de interés a largo plazo y facilitar las condiciones financieras.
Esta decisión no parece haber sentado bien a Wall Street, cuya reacción ha sido a la baja en sus principales índices -a los cinco minutos de hacerse público el comunicado de la Fed Wall Street caída un 0,5%-, aunque a lo largo de la sesión se fue recuperando el índice neoyorquino.
Tal vez una de las razones por la Bolsa de Nueva York rectificó, tras el primer impacto de la comunicación de la Fed, es porque la autoridad monetaria estadounidense ha asegurado que está preparada para «tomar más medidas» en el momento más idóneo para promover la recuperación económica y mejorar la creación de empleo.
Crecimiento débil
La Fed no ha podido tomar otras decisiones ante la reconocida debilidad de la economía estadounidense, afectada por todo lo que está pasando en el Viejo Continente. Y a ello se suma la creciente preocupación por la evolución del mercado laboral, dado que en los últimos meses se ha desacelerado la creación de empleo, según confirma el Comité del Mercado Abierto.
Asimismo, las tensiones que protagonizan en estos meses los mercados financieros globales suponen «un riesgo significativo a la baja», según recalca la instituci´ñon presidida por Ben Bernanke, que cree que la inflación se mantendrá en niveles bajos, gracias también a la caída del precio del petróleo.
En su análisis sobre la evolución de la economía, el Comité de la Fed confirma una «expansión moderada» de la economía del país, aunque advierte que la tasa de paro sigue siendo elevada.
Sus previsiones para los próximos trimestres siguen en la senda de la moderación del crecimiento, si bien matiza que pasados varios trimestres comenzará un aumento «muy gradual» del crecimiento.
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