La grave crisis económica que atraviesa España, inmersa en un panorama europeo en el que se llega a cuestionar la supervivencia del euro y de la UE, es preocupante y está pasando una factura severa, pero no es irreversible. Esta podría ser una de las conclusiones del documento elaborado por el Círculo de Empresarios y que hoy miércoles ha presentado Mónica de Oriol, presidenta de la entidad. Porque, en opinión de esta asociación, la posibilidad de que España siga el camino a Irlanda es un escenario mucho más temible que afrontar ya con rapidez medidas adicionales con el objetivo de recuperar la confianza de los mercados y de los inversores internacionales.

Las consecuencias de una intervención, como la que ha afectado a tres países comunitarios, van desde el aumento de la prima de riesgo, con los consecuentes mayores problemas para obtener financiación, la no solución de los desequilibrios, a la pérdida de capacidad para gobernarse. En este último punto incidió Mónica de Oriol, que destacó que » el centro de decisiones se traslada» y que se produciría la venta de activos a bajos precios, aspecto que es más relevante en una etapa en la que, por ejemplo, gran parte de las compañías del Ibex son opables  por la fuerte caída de las cotizaciones. También subrayó que se debe evitar que la crisis de liquidez que España atraviesa se convierta en una crisis de solvencia.

Ante esta perspectiva, el Círculo de Empresarios aporta sus recetas para que, al menos por parte de España, se tomen las medidas adecuadas para reducir el endeudamiento, para contener el gasto público y, como resultado, para recuperar la credibilidad perdida. Según la presidenta, el Gobierno actual ha aprobado reformas necesarias, aunque faltan otras importantes como la racionalización y reducción de los gastos de las administraciones públicas.  Citó, además, la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida, la eliminación de la deducción por vivienda, así como la finalización del saneamiento y reforma de las entidades financieras y la recomposición de las bases fiscales del IVA.

Y dado que España no tiene soberanía sobre la moneda, esta organización empresarial está a favor de reducir las cotizaciones sociales o costes laborales para ser más competitivos y favorecer el consumo. Con esa medida, señaló Oriol, sería posible que el aumento del IVA no se traslade a precios y se mantuviesen los márgenes empresariales.

Con todo, aseguró que el desarrollo de estos planes no sería suficiente, si la UE no asume que la crisis que vivimos es común, por lo que la responsabilidad es también común. Abogó por avanzar hacia la integración fiscal y bancaria, con un BCE que cuente con las mismas potestades que tiene la Reserva Federal de Estados Unidos. Pero ¿es tarde y estamos ya sentenciados? Para Mónica de Oriol, la historia de la Europa comunitaria muestra que, cuando ha estado al borde del abismo, saca su capacidad para reaccionar. Y ahora espera que sea así.