El grupo BBVA admitió públicamente en mayo que se planteaba la venta su negocio de administración de fondos de pensiones en América Latina. En estas actividades gestiona activos por 69.000 millones de dólares, pero el beneficio fue de apenas 230 millones en 2011. Los cálculos de la entidad que preside Francisco González hablan de lograr hasta 5.120 millones de dólares por la venta de las administradoras de fondos de pensiones en Chile, México, Colombia y Perú, aunque otras fuentes del BBVA rebajan las expectativas hasta los 3.840 millones de dólares.

La intención inicial de vender todo el negocio de golpe ha ido dejando paso a la desinversión por países, aunque puede haber un mismo comprador para dos lotes. Aunque no se cierra la puerta, todo lo contrario, a la aparición de una oferta por todo el bloque, sobre todo si supera la suma de lo que se puede obtener por cada negocio individual, el BBVA ha detectado mayor interés por los lotes nacionales, especialmente por parte de grupos financieros y aseguradores locales.

El problema es que, tal y como están los mercados, parece bastante improbable que surja un grupo que puje por los cuatro negocios de administración de pensiones del BBVA en América Latina. Además, en el grupo español son perfectamente conscientes de que una oferta en bloque facilitará la venta de estas actividades, pero supondrá un precio más bajo que si se coloca por lotes nacionales.

El 25 de julio de 2011, el Grupo de Inversiones Suramericana, más conocido como Sura, compró a la holandesa ING sus negocios de pensiones, seguros de vida y fondos de inversión en Chile, México, Perú, Uruguay y Colombia por 3.763 millones de dólares (unos 2.680 millones de euros). La institución colombiana pagó 2.615 millones de euros en efectivo, más 65 millones que asumió de deuda, para convertirse en el primer grupo de pensiones en América Latina, con más de 25 millones de clientes.

No parece que esa operación en bloque, la mayor hasta ahora en el negocio de seguros y pensiones en América Latina (sólo se le acerca el acuerdo de venta del 51% de estas actividades del Grupo Santander en la zona a Zurich, por 1.670 millones de dólares, más pagos diferidos en función del cumplimiento del plan de negocio de bancaseguros en los próximos 25 años, suscrito en febrero de 2011), vaya a repetirse en el caso del BBVA.

Lo que sí parece descartado es que el BBVA se mantenga como accionista minoritario de las administradoras de fondos de pensiones. No se va a vender el 51%, sino el 100% de estas filiales, precisan en el grupo español.

La intención del BBVA es cerrar a lo largo de este mes la recepción de ofertas, tanto por el conjunto (si es que se presenta alguna) como por lotes nacionales, para que la operación pueda culminarse, tras los correspondientes análisis de las propuestas y las negociaciones que conlleven, antes de final de año.

Muchos interesados

La lista de grupos interesados por las actividades de administración de fondos de pensiones del BBVA en América Latina no para de crecer, aunque ninguno de los que aparece ha mostrado sus cartas. Figuran las multinacionales estadounidenses del seguro Principal, MetLife (antiguo socio del Santander en Génesis en España) y Prudential; el grupo mexicano Inbursa, propiedad de Carlos Slim y participado por CaixaBank, que tiene a VidaCaixa muy interesada en la expansión por América Latina; Banorte, el único de los grandes grupos bancarios de México que está totalmente en manos locales; y la chilena Corpbanca, que ha adquirido al Santander su filial en Colombia.

El Grupo Sura, que había reconocido inicialmente su interés por adquirir alguno de los negocios nacionales del BBVA, descartó la operación por los problemas de competencia que se le plantean en la zona, al ser ya el primero de América Latina en estas actividades.

También hay aseguradoras y administradoras de fondos de pensiones locales, que aspiran a pujar por los negocios del BBVA en Chile, México, Colombia y Perú.