El sábado 7 de julio se celebra el Día Internacional de las Cooperativas, que cobra especial relevancia porque la ONU ha consagrado 2012 como el Año Internacional de las Cooperativas. Bajo el lema “Las empresas cooperativas ayudan a construir un mundo mejor”, se busca crear una mayor conciencia sobre la contribución de las cooperativas al desarrollo económico y social; fomentar la constitución y el crecimiento de estas entidades; y alentar a los gobiernos y organismos reguladores a poner en marcha políticas, leyes y normativas que propicien éstas.

La Unión Nacional de Cooperativas de Crédito (Unacc) aprovecha la ocasión para recordar que estas instituciones deben “ocupar el sitio que le corresponde entre las entidades de crédito y convertirse en el referente de la banca tradicional”. El sector, formado por 74 entidades (cajas rurales, profesionales y ligadas al cooperativismo empresarial), suman un activo de más de 126.000 millones de euros, lo que supone el 5% del sistema financiero español. Da empleo a más de 20.000 personas (el 42%, mujeres). Se define como “una pieza fundamental dentro del sistema financiero español”.

“Gracias a su modelo de hacer banca, conservador, tranquilo y bien estructurado, han mantenido la variedad del ecosistema financiero de nuestro país y han contribuido a minimizar el riesgo global de todo el sistema”, argumenta la Unacc.

“La diversidad asegura la sostenibilidad de las entidades de crédito y, en el caso del modelo de banca cooperativa, además permite reducir el riesgo total”, añade. “La clave de su buen hacer ha consistido simplemente en hacer banca, pero banca tradicional, basada en captar depósitos y conceder créditos, lejos de los productos sofisticados o del boom inmobiliario”, resalta la patronal, desmarcándose de actuaciones de algunas cajas de ahorros y bancos.

“En esta crisis han sabido estar junto a quienes más los necesitan: pymes, autónomos y familias”, enfatiza la Unacc. Las cooperativas de crédito han sido de las pocas entidades que “han mantenido prácticamente constante la política de financiación en los últimos años sin olvidar su filosofía de negocio”, como lo demuestra que tienen un volumen de crédito superior a los 96.000 millones de euros, casi un 6% más que al inicio de la crisis.

“Son entidades muy implicadas con la región en la que operan, una labor que en este tiempo es realmente importante, ya que la crisis está dejando patente el riesgo de exclusión financiera de algunos territorios, con el cierre de oficinas y el recorte de plantillas. Para evitar que algunas zonas geográficas caigan en el olvido financiero, las cooperativas de crédito siguen desarrollando dos labores muy importantes en este sentido; por un lado, la de financiar la actividad económica de las comunidades en las que se asientan; por el otro, ocupar el hueco dejado por otras entidades de crédito”, señala el documento elaborado con motivo del Día Internacional de las Cooperativas.

Mientras las cajas de ahorro abandona las zonas rurales (los bancos, salvo excepciones, nunca han sido activos en estas áreas), el 35% de las oficinas de las cooperativas de crédito se encuentra en poblaciones con menos de 5.000 habitantes, y otro 22% en localidades que no superan los 25.000 habitantes. Sólo un 12% de las sucursales de estas entidades se halla en ciudades por encima de 300.000 habitantes.

Y este apoyo prestado repercute en la confianza que tienen los socios en cada una de estas entidades. “Su número no ha hecho más que crecer durante el último lustro, pasando de los 2 millones de 2007 a los casi 2,5 millones de 2011, lo que supone un incremento de más del 20% en tan sólo cinco años”, insiste la Unacc. De los 2.438-052 socios, más de 9.000 son cooperativas, y 174.110, pymes y otras personas jurídicas.

Una situación envidiable

Las cooperativas de crédito tienen unas “ratios de capitalización muy potentes, gran base societaria, una relación depósitos/créditos envidiable, gran liquidez y una dependencia mínima de los mercados”, lo que permite que “de una forma tranquila, sin necesitar fondos públicos, sin estridencias y pausadamente” aborde un proceso de concentración en el que, en tres años, el número de entidades se ha reducido a la mitad).

Estas entidades consideran que tienen “un potencial de crecimiento extraordinario”, que se ve “maximizado en estos momentos por cierto abandono de algunas zonas por parte de las cajas de ahorro, inmersas en sus procesos de reestructuración y el cambio hacia formas de pensamiento y actuación similares a los bancos”.

Las cifras están ahí. En 2008, el sector, formado por 81 entidades, gestionaba 113.000 millones de euros, el 3,68% del sistema financiero español. El tamaño medio era de 1.395 millones. Las diez primeras cooperativas de crédito tenían un tamaño medio de 8.122 millones y acaparaban siete de cada diez euros gestionados.

Tres años más tarde, son 48, con 127.000 millones de euros gestionados (el 12% más que en 2008). El tamaño medio se ha elevado a 1.700 millones (+23%). Las diez principales cooperativas suman 96.500 millones, el 76% del total, con una ganancia de más de cuatro puntos. Y si se tienen en cuenta los grupos consolidables (los mayores, Cajas Rurales Unidas y la unión entre Caja Laboral e Ipar Kuxta), acaparan cuatro de cada cinco euros gestionados.