Las columnas de mineros procedentes de Asturias, León y Aragón tienen previsto reunirse este martes día 10 en la madrileña Ciudad Universitaria, en lo que será el inicio de las jornadas de manifestaciones y reivindicaciones de estos trabajadores en la capital del España. Después de los cientos de kilómetros recorridos desde sus pueblos y comarcas de origen, los mineros se concentrarán a las puertas de Madrid para preparar para esa misma jornada una marcha nocturna hasta la Puerta del Sol. Una marcha que será a oscuras, como la vida en la mina, similar a la que tuvo lugar en la capital leonesa y en la que se pedirá algo de luz para la futuro de la minería, que todavía está más en el aire desde que el Gobierno decidiese recortar para este año un 63% los presupuestos de apoyo al carbón nacional.

Si ese acto es el primero «oficial» de los mineros después de más de dos semanas de marcha, no es, sin embargo, el que prevén más relevante. Al día siguiente, miércoles, está convocada una manifestación que recorrerá la Castellana desde la Plaza de Colón hasta la sede del Ministerio de Industria. Es una protesta que cuenta con el apoyo del conjunto de los sindicatos, UGT y Comisiones Obreras, y con el de movimientos como el del 15-M. Pero su objetivo no queda ahí y amenazan con paralizar la ciudad hasta que el titular del departamento, José Manuel Soria, aporte medidas y compromisos que garanticen que la actividad del carbón no va a estar abocada al cierre en los próximos meses. Ellos contrastan, asimismo, las cifras destinadas a sanear la banca con los escasos 700 millones de euros que ahorrará el erario público con los recortes a su sector.

Los mineros, pese a que han pactado el recorrido de estas manifestaciones con la delegación del Gobierno en Madrid, han captado el recelo que despierta su programa en aspectos como la negativa de la Comunidad que dirige Esperanza Aguirre a proporcionarle alojamiento en algún edificio público. Es algo que ha caldeado el ambiente, aunque desde fuentes sindicales se niega que los mineros se hayan planteado acampar en la Puerta del Sol, un aspecto que la policía intentará evitar, casi como primer objetivo a partir de la noche de mañana.

Pero las reivindicaciones se producen precisamente en un momento muy problemático, en el que el ministro Soria ultima la elaboración de una compleja ley que regulará el sector eléctrico y que se realiza con algunas  metas básicas: buscar un modelo que impida la creación cada año del llamado déficit tarifario -que se produce cuando las tarifas no cubren los costes regulados y que ya suma 24.000 millones de euros- y avanzar hacia un sistema en el que en esas tarifas no se incluyan aspectos no relacionados con la actividad eléctrica, pero sin que estos temas pasen a los Presupuestos del Estado -decisión impensable en la actual coyuntura y que además está controlado por Bruselas-. Son proposiciones oficiales de difícil encuadre ya sea, por ejemplo, con el apoyo al carbón nacional a través de fijar a las eléctricas la obligación a quemar carbón nacional.

No obstante, otros expertos señalan que el Ejecutivo podría reiniciar negociaciones con Bruselas para articular algún tipo de apoyo con el argumento de que se trata de única materia primera energética española. Es una vía, al igual que otras, apoyada desde grupos del PP, ubicados en las comarcas afectadas, que perciben que éste se decanta como el mayor conflicto laboral de la actual legislatura.