En la presentación del XXVIII Libro Marrón del Círculo de Empresarios, dedicado a “El futuro del euro”, su presidenta, Mónica de Oriol, reclama “decisiones serias” de todos los países europeos “para lograr salir de esta situación generando confianza en los mercados”, y aplaude que el Gobierno español anuncie nuevas medidas, “que esperamos resulten suficientes”. “Pero Europa tiene también que contribuir, en la medida de sus posibilidades, a que todos salgamos de esta crisis”, señala la presidenta del Círculo de Empresarios, porque “sólo resolviendo la crisis del euro podremos resolver la crisis en los países que lo integran”. “La crisis de España es, en buena medida, la crisis del euro”, escribe Mónica de Oriol en el prologo al Libro Marrón.

Jaime Caruana, director general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) y ex gobernador del Banco de España, fue el encargado de presentar el Libro Marrón, aunque se curó en salud al advertir que, por motivo de su cargo, no haría valoraciones sobre países concretos, y menos sobre España. Sí considera que “sin una verdadera unión bancaria, el coste de la financiación depende de las fronteras, lo que provoca una segmentación de mercados y fragilidades en Europa”. Cree que es “un paso importante” un mecanismo único de supervisión bancaria y de garantía de depósitos.

Caruana reconoce que el sistema financiero es uno de los «principales problemas» de Europa «porque su fortaleza no es lo suficientemente buena, a pesar de los notables avances que se han dado«. Y porque existen entidades excesivamente apalancadas sobre las que hay incertidumbre respecto a la calidad de sus activos, «lo que está provocando que tengan dificultades para financiarse«. Por ello, las entidades deben continuar con su saneamiento y con la mejora de sus balances. Porque “cuando las entidades cotizan por debajo de su valor contable, es que queda mucho trabajo por hacer”.

Ante una pregunta sobre el ‘banco malo’, el director general del Banco de Pagos Internacionales cree que “es una fórmula que ha tenido mucho éxito en otros países» y que hay que acertar con un diseño adaptado a las circunstancias de cada país. Y que esta fórmula «liberaría a las entidades financieras de lo que no es la gestión normal del negocio, clarificaría sus balances y ayudaría a salir de la crisis».

Tiempos diferentes

Caruana cree que en la arquitectura del euro se combinan «deficiencias institucionales» con los problemas de la crisis, «que son de balances y requieren un tratamiento especial y tiempo suficiente para solucionarse«. “Pero los tiempos en Europa son muy diferentes a los de los mercados”, advierte. Y el camino hacia la «normalidad» es «largo, estrecho y está lleno de obstáculos, que son las deficiencias estructurales que existen en muchos países«. Por ello, exige “recuperar la confianza de los mercados, con más transparencia sobre los balances de los bancos y una reducción del apalancamiento”. En su opinión, hay dos tipos de desequilibrios estructurales, «los endógenos y que son anteriores a la crisis, como el excesivo endeudamiento público y privado, y los que no se trataron en el pasado y la crisis ha puesto de manifiesto, como los del sector inmobiliario«.

El director general del BIS echa en “falta” un activo soberano libre de riesgo común a todos los Estados europeos, y «lo podemos llamar eurobonos, aunque el nombre ya es complejo”. Para Caruana. la emisión de estos bonos «no tiene por qué implicar la cesión de ningún tipo de soberanía fiscal«.

Pero su principal mensaje es las finanzas públicas «son claves» para que Europa vuelva a recuperar la confianza de los mercados, «ya que la interacción con éstos es la que está perpetuando la crisis«. Por ello, considera que «atacar» las cuentas públicas debe ser una de las «prioridades, porque hay un excesivo endeudamiento público en la eurozona«. «Se han logrado muchos avances con reformas presupuestarias e institucionales, pero a pesar de eso, son pocos los Gobiernos que han hecho lo suficiente para corregir este sesgo de déficit, por lo que se requieren reformas más profundas que abarquen la eficiencia del sector público y la estructura de gastos e ingresos», argumenta Caruana.

Aunque considera «imposible» que algún país salga del euro, sí admite que los mercados asignan cada día más probabilidades a esa idea. Pero el euro «debe y puede sobrevivir», insiste Caruana. El director general del BIS defiende la labor del Banco Central Europeo durante la crisis «porque es el organismo que más está haciendo por salir de ella».