Una montaña rusa

30/11/2010

Miguel Larrañaga. 30-11-2010

Los índices europeos se han vuelto locos, aunque la verdad es que es lo normal porque la situación es de locos. Han dedicado al jornada a simular una caída libre, a intentar una recuperación  decidida y, finalmente, a volver al punto de partida con resultados dispares. Como ya va siendo una costumbre, mejor para el Dax y el Footsie y peor para el resto, con mención especial para el Mibtel italiano y el CAC francés, que se han pasado toda la jornada suspirando por tiempos mejores y sin capacidad de reacción. Hubo momentos que hasta el maltrecho Ibex parecía con más brío que ellos y al cierre estuvo algo más contenido incluso.

¿Por qué esta situación? Sencillo. Porque los temores en torno a la deuda europea siguen sin disiparse al mismo tiempo que los datos macroeconómicos a uno y otro lado del Atlántico no son malos como podría esperarse por la tensión existente en los mercados. Con este estado de cosas, durante un rato mandan en el mercado aquellos que apuestan al alza cuando sale un buen dato y otro rato los que esperan agazapados al primer síntoma de flaqueza para volver a meter sus cortos y operar a la baja.

El resultado es que cualquier cosa puede pasar y ayer se reflejó en el Dax. Llegó a perder más del 0,5% en la apertura, ganó un rato algo más del 1% a media sesión y concluyó buscando la paridad con el cierre de ayer desesperadamente. Y sin este es el mejor índice de cuantos tenemos en Europa imaginen lo que ocurrió con el resto.

Se preguntarán si ya se ve el fondo y debo confesar solemnemente que no hay una sola señal que llame a la confianza y que en cualquier momento podemos asistir a otro estallido bajista, porque el sector financiero sigue flojito, pero que muy flojito, por no decir que al borde del abismo bursátil. En cualquier caso, todo dependerá de cómo se tomen los mercados la caída del euro (que suele venir bien a las cotizaciones de los exportadores alemanes y ya está por debajo de 1,3 dólares) y de si los americanos se deciden a hacer valer sus potentes datos macro por encima del miedo que atenaza la operativa europea.

Al final, nuestro Ibex perdió un 0,62%, poco para lo que viene acostumbrando pero mucho si se tiene en cuenta que pasó parte de la sesión en ganancias. El Dax alemán, por su parte, no logró terminar en positivo, pero limitó la pérdida de un modesto 0,14%. El CAC francés perdió un 0,73% y dio muestras de debilidad preocupantes, mientras que el FTSE londinense cerró con una pérdida del 0,41%.

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