Creatividad, diseño e innovación. Son los tres puntales de los desfiles del 080 Barcelona Fashion. 080 porque es el prefijo telefónico de la ciudad y Fashion porque su proyección es internacional. Se celebran dos ediciones al año; primavera-verano y otoño-invierno fuera del calendario oficial de desfiles, lo que permite contar con un casting de modelos perfecto, donde los modelos-celebrities no eclipsan lo importante que es la ropa que se presenta.

Los espacios singulares los aporta la propia ciudad de Barcelona, gracias a la colaboración de Ayuntamiento y Generalitat, propietarios de los lugares donde se han celebrado las 10 ediciones del 080. Si en la anterior, la moda tomó la universidad catalana, en esta última edición de julio, donde se presenta lo que llevaremos en la primavera y verano del 2013, en esta ocasión se ha ocupado el Palacio de Pedralbes y sus jardines históricos.

Un palacio construido rápidamente por el Conde Güel para cedérselo como residencia a Alfonso XIII. De ahí que en su interior haya hasta un salón del trono con toda su pompa y circunstancia y leones dorados. Por cierto, que en ese salón se celebran las conferencias. 18 diseñadores, que han pagado 1300 euros cada uno, por participar, tres marcas catalanas con proyección internacional; Mango, TCN y Desigual, ellas aportan entre 30.000 y 40.000 euros y 8 industrias del textil como Cóndor, Punto Blanco, Escorpión o Yerse, forman el 080 Barcelona Fashion.

Conozco muy bien estos desfiles porque he visto las 10 ediciones celebradas hasta ahora y desde el minuto cero sus políticos e industriales han apostado por ello. Tanto el Presidente de la Generalitat como el Alcalde de la Ciudad han venido siempre para apoyar con su presencia este evento tan ligado a la tradición textil catalana. Además de esta presencia institucional, los organizadores siempre han aprovechado para situar los desfiles en lugares singulares de la ciudad, lo que les añade otro atractivo y permite que, toda la prensa extranjera desplazada, descubra una ciudad con mucho que disfrutar.

Para el final, el punto fuerte de esta convocatoria son los propios diseñadores porque siempre me han parecido vanguardistas, innovadores y modernos, especialmente en las propuestas masculinas. Dan la impresión de recibir mil influencias y de estar abiertos a muchas opciones, de ahí que su ropa -en general- sea muy comercial. Cortes arriesgados y no convencionales, mezclas que encajan como un puzzle y que en principio serían antagónicas, buena costura de taller, calidad en los tejidos que proporcionan los volúmenes deseados. Y algo que me parece interesante, las tendencias son libres y multiplurales. No sé si se llevará la minifalda o el pantalón ancho, el flúor o el tabaco y el lino o la seda. En el 080 BCN Fashion, se lleva todo.

Diez ediciones sólo son cinco años de vida en un mundo que existe desde que el hombre se empezó a cubrir con telas vegetales o pieles de animales para distinguirse como grupo o etnia. No han hecho nada más que empezar pero cada año se consolida más.

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