El Gobierno reiteró el viernes, después de la celebración del consejo de ministros, que llevará a cabo una reforma el sistema eléctrico para poner fin al déficit tarifario, pero no aportó oficialmente mucho más datos. La normativa se aprobará este mes de julio, pero las incertidumbres se mantienen en el sector eléctrico sobre el efecto de las posibles tasas, especialmente las que gravarán la generación.

Las empresas eléctricas españolas integradas -Iberdrola, Endesa, Gas Natural, Cantábrico y Viesgo- serán, si el plan de reforma del sistema que ahora se baraja sale adelante, las que más aporten a la eliminación de raíz del déficit tarifario (que se crea cuando las tarifas no cubren los costes de las actividades reguladas). Y, como se preveía en los primeros borradores sobre la normativa, las centrales nucleares y las hidráulicas serán las más castigadas, con unas tasas especiales del 10 euros y 15 euros por megavatio producido, lo que supone en conjunto una recaudación de 560 y 410 millones de euros, respectivamente.

A estas cargas se unirían un alza general del 4%  hasta los dos euros por megavatio facturado y las subidas de los impuestos ordinarios y especiales. Hay para todas las tecnologías, desde la eólica (415 millones), biomasa, cogeneración, fotovoltaíca (520 millones) y termosolar.  En medios del sector crece la preocupación por estas posibles medidas y califican la reforma de únicamente una elevación de la fiscalidad. La posibles cambios de más calado en el funcionamiento del sistema vendrían después. En la jornada de este jueves saltaron, por tanto, todas las alarmas y los medios consultados añaden que los grupos van a enfrentarse a problemas de financiación, de recorte de la valoración de sus activos y bajada del rating. Sus cálculos apuntan a que el conjunto de tasas dejarán prácticamente en «cero» los resultados ordinarios del sector en España. «A la crisis bancaria se va a unir la de las eléctricas», señalan medios del mercado.

Los problemas de financiación serían más graves ya que se tratan de compañías intensivas en capital y que tienen fuertes compromisos de inversión aunque sea sólo en mantenimiento de las centrales, aunque no se descartan cierres de plantas si así lo permite la Administración. En el sector estiman que, en principio,  no compensa la alargación de la vida de las nucleares y de la concesiones de las hidráulicas. Desde Cito se pone de manifiesto que el sector podría ser fuertemente penalizado y que las más afectadas serían Iberdrola y Endesa. Respecto a la ampliación de la vida de las nucleares señala que ste tema queda condicionad a  la opinión de los Gobiernos futuros.

Iberdrola perdió el jueves un 5,81% en Bolsa, Acciona un 5,74%, Gas Natural 2,94% y Endesa un 2,75%.  La Bolsa ha reaccionado, por tanto, ante esta posibilidad con fuertes castigos a los valores del sector, así como de ACS que ha perdido un 2,44%, que con un 14,7% de Iberdrola es muy sensible a la cotización de la eléctrica, más teniendo en cuenta que una parte de sus acciones están pignoradas o están en derivados, lo que le obliga a poner más avales a los bancos. El viernes el mayor castigo fue para Acciona, que bajó un 4% y para ACS, que se dejó un 1,3%. Iberdrola, Endesa y Gas ganaron 1,4%, o,3% y 0,4%, respectivamente.

Tampoco las empresas eólicas se sienten tranquilas. La Asociación Empresarial Eólica (AEe) ha emitido un mensaje  en la misma línea que Unesa, ya que calcula que la nueva fiscalidad se llevará más del 25% de las primas que cobran, al tiempo que llena de incertidumbres gran parte de los proyectos.