El Círculo de Economía, lobby integrado por propietarios de empresas catalanas, ejecutivos y académicos, ha emitido este lunes una nota de opinión sobre la propuesta de pacto fiscal que discuten los partidos catalanes y que culminará el día 25 de julio en un debate monográfico en el Parlamento de esa comunidad autónoma. La institución que preside el ex ministro Josep Piqué, no ha querido quitar legitimidad al concierto vasco y navarro, pero subraya la “extraña excepcionalidad” que entrañan ambos sistemas de financiación al analizar las experiencias de algunos de los Estados federales más consolidados. En ese sentido, Piqué ha señalado en conferencia de prensa que si el nuevo modelo que se busca para Cataluña es bilateral y confederal,  requeriría necesariamente de una reforma constitucional, ya que el documento actual es claramente federal. No obstante, ha reconocido que «el debate está abierto y cualquier posicionamiento es legítimo».

Piqué ha defendido que el Círculo de Economía propone un modelo de financiación singular para Cataluña, desmarcándose del concierto vasco al considerar que esta figura tiene como «defecto de origen la falta de solidaridad». «No todos los regímenes de financiación deben ser iguales”, ha asegurado el también presidente de Vueling. En ese sentido, el ex ministro de Aznar reconoce que “Cataluña tiene singularidades y las puede tener también en financiación» en respuesta e la reivindicación de un pacto fiscal y la reforma del Estado de las Autonomías que desde las formaciones nacionalistas catalanas se defiende.

Después de asegurar que «el sistema actual no es homogéneo», ya que al margen de las excepciones del País Vasco y Navarra, ha recordado que Canarias no tiene el impuesto del IVA, sino un equivalente, y que hay comunidades con recargos y otras con deducciones en los tramos autonómicos de los impuestos estatales; Piqué ha defendido la solidaridad entre las comunidades autónomas, aunque con límites para que Cataluña no pierda competitividad. Unas limitaciones que deben impedir, a juicio del Círculo de Economía, que las comunidades que reciben la solidaridad prosperen más que las que son solidarias. En ese sentido, Piqué sostiene que «nadie discute la necesidad de ejercer la solidaridad desde las comunidades con mayor riqueza productiva a las de menor riqueza, pero estas aportaciones a la solidaridad deben tener un equilibrio”. No obstante, ha defendido la necesidad de que Cataluña no pierda posiciones respecto a las comunidades que reciben esta solidaridad y de que sea uno de los principales motores económicos del Estado.

Aunque Piqué ha subrayado que al Círculo de Economía no le corresponde decidir sobre quién ha de tener la llave de la caja de los tributos catalanes, aspecto que en estos momentos centra el debate entre PSC y los partidos nacionalistas, encabezados por CiU, en cambio sí ha insistido en la necesidad de que la solidaridad entre comunidades no altere «equilibrios básicos». Piqué ha defendido un pacto fiscal que mejore la financiación de la Generalitat y que sea producto del máximo consenso, por lo que «no estaría mal», limar asperezas entre PP, PSC y CiU, en el ámbito catalán, y alcanzar también acuerdo entre el PP y el PSOE.

En cuanto a la disposición del Gobierno, Piqué confía en que el presidente Mariano Rajoy «escuchará y valorará» la propuesta catalana sobre el nuevo modelo de financiación, que a su juicio, debe ir ligado a una reforma del Estado de las Autonomías. El Círculo, en su nota de opinión, pide a todos los partidos que presenten opciones sensatas, posibles y que incidan en el bienestar del ciudadano. «Y debemos exigir que expongan sus respectivas propuestas sin ambigüedades; de hacerlo así, cualquier propuesta resulta legítima», afirma.

Lealtad institucional

En la nota de opinión, de seis páginas de extensión, el Círculo de Economía argumenta que sin temor al cambio, “debemos avanzar hacia un modelo que responda a nuestras singularidades, como ocurre en todos los estados descentralizados que puedan servirnos de referencia”. Desde el Círculo de Economía “consideramos imprescindible profundizar en el debate social y político que pueda conducir al consenso que requiere una modificación de esta naturaleza. Y, a la vez, queremos expresar nuestro convencimiento de que cualquier negociación resultará inane sin la lealtad institucional de la que no siempre hemos gozado”.

La nota argumenta que para unos, el pacto fiscal debe ser análogo al del País Vasco o al de Navarra, es decir, de naturaleza confederal y de carácter bilateral. Dicho de otro modo, “pactado, bilateralmente y de igual a igual, entre el Gobierno central y el de la Generalitat, en una relación propia de Estados confederales”. En ese sentido, el Círculo de Economía señala que “quienes, desde Cataluña, defienden legítimamente esta alternativa, ven en su claridad la manera de garantizar mayores recursos y superar la desconfianza que les inspira el Estado español. Además, constituye, para algunos, un paso decisivo en el posible camino hacia la soberanía política”. Sin embargo, esta opción, caso de contar con una amplia mayoría social y política en Cataluña, “no encaja en la Constitución, y su reforma sólo puede hacerse a través de los mecanismos que la propia Constitución establece. Estaríamos, pues, planteando una nueva estructura constitucional”.

En defensa de un nuevo modelo de financiación singular, el Círculo de Economía argumenta que “entre la ciudadanía española está bastante arraigada la convicción de que Cataluña constituye una Comunidad con una personalidad diferenciada lo que, en su caso, podría favorecer el encaje de sus singularidades”. Entre las múltiples fórmulas que deberían surgir de la negociación, el Círculo señala que “la diferencia básica entre un sistema tributario basado en la atribución de la gestión y recaudación a las Comunidades y el sistema vigente sería la misma que disponer o no de la “llave de la caja”.  En ese punto, la nota de opinión del principal lobby económico catalán señala que “en un marco de lealtad constitucional, debería ser lo mismo, aunque, la experiencia nos demuestra que esta lealtad no ha sido la norma”. Por esa razón, el Círculo de Economía defiende que “de la misma manera que no es aceptable que el Estado no cumpla sus compromisos, tampoco parece razonable que no tenga plenamente garantizados los ingresos necesarios para el ejercicio de sus competencias”.