Las problemáticas relaciones entre el Gobierno argentino y la dirección de Edesur, controlada por el grupo Endesa, han conducido a la intervención este fin de semana de la citada filial. La operación ha culminado con el nombramiento como «veedor» de Luis Barletta por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), que tendrá como misión el control de la gestión y de los gastos. La decisión del organismo dependiente del Ministerio de Planificación tiene como duración previa 45 días, pero podría extenderse por más tiempo.

Pero es la crisis que atraviesan las distribuidoras eléctricas en ese país lo que está detrás del aterrizaje del organismo público en Edesur. La pasada semana la distribuidora abonó a la Compañía Administradora del Mercado Eléctrico (Cammesa) 12 millones de pesos sobre un total de 142 millones que debía pagar. El ente regulador ha acusado a Edesur de no hacer frente a sus obligaciones comerciales ni operativas, poniendo en peligro el suministro.

Las disputas sobre la subida de tarifas, generalmente denegadas, por un lado, y las acusaciones sobre la mala calidad del servicio, por otro lado, han culminado con esta intervención, que ha estado en el ambiente empresarial de Buenos Aires desde hace meses. La otra distribuidora eléctrica Edenor, controlada por Pampa Energía, podría seguir el mismo camino.

El capital de Edesur está controlado en un 56,35% de las acciones Clase A por la empresa Distrilec, cuyo accionista principal es el Enersis (51,1%). La firma chilena està controlada a su vez por el Grupo Endesa. No obstante, el primer accionista de este conglomerado es en realidad el grupo italiano Enel, que  posee el 92,06% de Endesa. El 48,5% restante del capital de Distrilec está en manos de Petrobras.