La mitad de los fraudes con tarjetas de crédito comienzan con el robo o la pérdida de éstas. El robo afecta más a las mujeres (53,8%) que a los hombres, pero éstos pierden la tarjeta con más frecuencia (63,4%), según datos de CPP España, compañía especializada en protección de tarjetas, móviles y ordenadores. Los hombres protagonizan los incidentes en los cajeros automáticos (64%), y las mujeres, durante las compras (60,2%).
El 33,4% de estos incidentes se produce en la calle, caminando, en un parque, en un mercadillo, en una celebración o en aglomeraciones. El 14%, cuando el usuario está de compras en tiendas, supermercados o centros comerciales. Y el 9%, en el cajero automático, más por el olvido de la tarjeta dentro que por un robo. El transporte público protagoniza el 8% de las situaciones. Y el hogar, el 7%, ya que incluye el robo de la tarjeta del buzón de correos. Y el 6%, en el coche, al incluir ahí las estaciones de servicio, las áreas de descanso y los aparcamientos.
El robo o la pérdida de la tarjeta se multiplica en diciembre y enero (por las compras ligadas a las Navidades y a las rebajas), febrero (sobre todo los días anteriores al Día de los Enamorados) y en abril (Semana Santa), pero sobre todo en el verano, donde “la utilización crece y se baja más la guardia”, explica Eduardo Gil, directivo de CPP España.
En agosto los robos de tarjetas suponen el 10% del total. En verano aumentan las incidencias en aeropuertos, las sustracciones o las pérdidas de tarjetas en discotecas y en el coche. El 56,6% de las incidencias con las tarjetas en verano son protagonizadas por hombres, aunque en Semana Santa es el 59,8%.
Entre los consejos que CPP, que protege a un millón de familias en España ante la pérdida o el robo de tarjeta de crédito, móvil, ordenador o incluso el robo de identidad, proporciona a sus clientes para evitar el uso fraudulento del dinero de plástico figuran ocho: asegurarse de la devolución de la tarjeta después de realizar un pago en el comercio; vigilar ésta en el establecimiento; no guardar en la cartera o en el bolso el PIN ni seleccionar uno que se pueda averiguar con facilidad; mantener cerca los objetos personales, especialmente en lugares concurridos, y no dejarlos a la vista en sitios públicos; revisar el cajero automático antes de introducir la tarjeta; utilizar un monedero cinturón o bolso tipo bandolera en el transporte público; evitar que alguien pueda ver la introducción del PIN en el cajero automático o en el comercio; y en las compras online utilizar siempre páginas y redes wifi seguras.
No perder nunca de vista la tarjeta
Eduardo Gil recomienda “no perder nunca de vista la tarjeta de crédito” al pagar en un comercio o en un restaurante, sobre todo en el extranjero. Hay bandas internacionales especializadas que, en connivencia con empleados de estos establecimientos, copian la banda magnética para clonar las tarjetas y usarlas en un tercer país. “Es un crimen no presencial, muy difícil de perseguir, y muy lucrativo”, explica. “Si no hay datafono inalámbrico, es mejor levantarse y pagar donde esté el aparato, pero no perder nunca de vista la tarjeta”, advierte.
Cuando se saca dinero de un cajero automático, hay que tomar precauciones: revisar si hay gente merodeando cerca, optar por los cajeros de los bancos, mejor que por los de otros establecimientos, ponerse de forma que una cámara no pueda grabar los números del PIN, y no olvidar la tarjeta dentro.
Si se ha solicitado una tarjeta nueva, hay que estar atentos y vigilar el buzón. O mejor, recogerla en la sucursal. “Hay estafadores que se hacen pasar por la víctima, solicitan al banco una tarjeta nueva en su nombre y luego la sustraen del buzón”, señala Gil.
En caso de robo o sustracción, tres claves: anular, denunciar y revisar. Primero, anular inmediatamente la tarjeta. “Las horas inmediatas son claves para impedir un fraude”, subraya el directivo de CPP España. Después, denunciar el hecho ante la Policía, para tener un documento que sirva para las reclamaciones. Y luego, revisar los cargos que vengan de la tarjeta a la cuenta corriente.
En Internet, Eduardo Gil recomienda usar la tarjeta sólo en páginas seguras y oficiales. No enviar nunca los números de la cuenta corriente o de la tarjeta a desconocidos. Y utilizar una red wifi de confianza. “Las redes públicas como las de aeropuertos son muy fáciles de ser hackeadas”, argumenta.
El fraude con la tarjeta de crédito “es un delito en crecimiento, es el que más se está incrementando en el mundo, tanto en número de casos como en volumen de dinero estafado”. En España, asciende a unos 200 millones de euros anuales.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.